Melilla no se plantea el estado de alarma tras el rechazo anti-Covid

El presidente de Melilla, Eduardo de Castro (Cs), ha admitido que no se plantea «de momento» pedir al Gobierno de la Nación que decrete el estado de alarma en la ciudad después de que la Justicia haya tumbado por dos veces sus medidas anti Covid-19 porque «es una medida excepcional» y se ha mostrado más partidario de recurrir a órdenes sanitarias «menos restrictivas e individualizadas».

En rueda de prensa, Eduardo de Castro se ha pronunciado así después de que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Melilla haya rechazado el segundo intento del Gobierno de Melilla de confinar el Centro de Temporal de Inmigrantes (CETI), a pesar de que existe «un brote» con ocho acogidos con coronavirus y admitiera que se vieron obligados el viernes a reabrir las puertas de un centro con 1.350 personas.

«Estamos muy preocupado por la salud de los ciudadanos y la situación Covid-19 que vivimos en Melilla, por ello, en las últimas horas he vuelto a hablar con los ministros del Interior y de Defensa» al admitir que, tras las decisiones judiciales que rechazaron las medidas de la Consejería de Salud Pública melillense, «estudiamos medidas alternativas que nos permitan controlar el avance», ha indicado.

En este sentido, ha avanzado que la titular de Defensa, Margarita Robles, le ha trasladado que «rastreadores del Ejército Tierra ejercerán en la ciudad para afrontar el Covid-19», después de que Melilla fuera una de las cinco primeras autonomías de España en realizar la solicitud de este personal castrense.

Eduardo de Castro ha recalcado que en su Gobierno (CPM, PSOE y Cs) no se plantean en la actualidad la solicitud del estado de alarma porque se trata de una medida «para situaciones de crisis muy grave» pero ha advertido que «no se descarta esa posibilidad en un futurible que nadie desea, porque sería que estamos muy mal.

Melilla tiene en la actualidad 145 casos activos de coronavirus, en total 300 desde que se dio el primer caso de Covid-19 en la ciudad española del norte de África el 12 de marzo, la mitad de ellos en el último mes, tras el regreso a la «nueva normalidad» con el final del confinamiento y el reinicio de las comunicaciones aéreas y marítimas con la península a finales de junio.