El escritor Fernando Aramburu, quien publica nuevo libro ‘Utilidad de las desgracias’ (Tusquets), ha asegurado que «la posibilidad de una solicitud de perdón sincero a las víctimas o a sus descendientes, salvo a título individual, como ha ocurrido en unos pocos casos, parece cada día que pasa más remota».
El autor de ‘Patria’ ha explicado en una entrevista que no le parece «mal la crítica» a los que abordan los años de violencia con la banda terrorista ETA en el País Vasco, como ha ocurrido con su novela, siempre que sea entendida como «un debate».
«Yo no hago otra cosa sino expresarme por escrito o de forma oral a favor de esto y en contra de aquello. Rechazo la violencia y los argumentos de quienes la justifican. No hago distinciones. Niego la posibilidad de ser justo haciendo daño a los demás. Esto no cambia porque la violencia la ejerzan los unos en vez de los otros», ha señalado.
Precisamente, desde la formación política de EH Bildu se ha criticado la visión de la serie estrenada en HBO, inspirada en ‘Patria’, al asegurar que muestra «la visión de los torturadores». «Esa frase no la voy a comentar. No soy psiquiatra», ha lamentado Aramburu.
El escritor incluye un capítulo en su libro para hablar de extraer certezas de cada situación. Preguntado al respecto de la actual pandemia de coronavirus y las ‘certezas’ que se pueden sacar de ella, el escritor prefiere dejar estas conclusiones a los científicos. «Sinceramente, en casos tan graves como el que actualmente pone en peligro muchas vidas soy partidario de que las certezas nos sean proporcionadas por la ciencia», ha añadido.
Aramburu también aborda en ‘Utilidad de las desgracias’ la labor de los políticos, con una mirada cercana a la compasión en el texto ‘Políticos en las ortigas’. «La clase política, en todos los países, conforma una fauna de gran interés desde el punto de vista de los comportamientos humanos», ha explicado.
«Está integrada por individuos de muy distinta calaña. Los hay, efectivamente, remisos a la honradez; pero hay otros, y yo conozco personalmente a algunos, que sí profesan una idea de la política como servicio a los ciudadanos, que creen en lo que hacen y en lo que dicen, y que trabajan como panaderos. Ahora bien, mientras sigamos exigiéndoles que nos solucionen la vida y nos construyan un paraíso terrenal, es imposible que tarde o temprano no nos decepcionen», ha afirmado.
Tras el éxito de ‘Patria’, Aramburu reconoce que está en «un momento grato» y, al igual que en sus textos, invita a «disfrutar del presente». «Es algo que procuro practicar a diario con independencia de que la vida me dé palos o me haga caricias. Esta estrategia vital me la inculcaron de niño y yo la he visto confirmada después en los libros y en la conversación con personas que regalan sabiduría», ha apuntado.
«Todo esto se resume en el convencimiento de que vivimos cuatro días y es mucho mejor pasarlos sin amargura; de que uno debe velar en lo posible por el bienestar de los que están a su lado; de que estar exento de ambiciones desmedidas y de envidia procura mucha paz, y de que es un bien inmenso obtener la conformidad diaria del juez moral que uno lleva por dentro», ha defendido.
El autor hace bueno el título de su obra y afirma que de las desgracias «y de todo» se puede aprender. «Yo, simplemente, me he limitado a poner por escrito una reformulación del estoicismo inmemorial a partir de una serie de experiencias que he tenido o de las que he sido testigo. Y pienso, como otros antes que yo, que las lágrimas, las derrotas, el dolor, los desengaños y los funerales pueden hacer de nosotros seres más sosegados; en el mejor de los casos, más empáticos», ha concluido.