Para merendar, a la hora del desayuno… Sus posibilidades son casi infinitas. A todos nos gusta disfrutar de un buen dulce de vez en cuando y, mucho mejor, si este lo podemos realizar en casa. Por eso, una de las mejores recetas para preparar, sobre todo si tenemos niños pequeños, son los donuts caseros. Será un postre que gustará a todos y que querrán repetir.
Aunque estamos acostumbrados a consumirlos de grandes marcas, lo cierto es que, si sabemos hacerlos, en casa nos pueden quedar igual o mucho mejor. Sabrosos, esponjosos, todos nos preguntarán de dónde los hemos comprado. La gran noticia es que serán mucho más saludables, pues no tendrán azúcares añadidos ni ningún otro tipo de aditivo.
Si ya se te está haciendo la boca agua, esto te interesa. Descubre cómo hacer donuts caseros igualitos a los de marca.
Dando forma a los donuts
Cuando tengamos la masa lista, es el momento de formar una bola con ella. Después, la introducimos en un bol aparte echando una gota de aceite de oliva. El objetivo es que la masa no se pegue. Más tarde, lo cubrimos con papel film y lo colocamos en un lugar cálido, donde no haga demasiado frío. Tenemos que esperar que doble o tripliquen su volumen.
Cuando el resultado sea el esperado, procederemos a sacar la masa y volver a amasarla. Podemos ayudarnos poniendo una pizca de harina sobre la superficie, para que no se agarre. También podemos usar un rodillo para estirarla bien, dejándola de un centímetro de grosor. Con un plato pequeño, podemos comenzar a hacer la forma de los donuts.
Después, el famoso agujero de este dulce lo podemos crear con el cuello de una botella. Por ejemplo, una de medio litro. Cuando los tengamos creados, los colocaremos sobre un papel vegetal y esperamos a que vuelvan a doblar su volumen. Suelen tardar unas dos horas. Cúbrelos con un trapo limpio y déjalos reposar a su amor. Una vez hayan doblado el volumen, podemos ir preparando un plato con papel absorbente e introducir en una sartén abundante aceite de girasol.
