Cómo saber si lo haces muy bien en la cama

¿Alguna vez te has preguntado si eres o no bueno en la cama? Seguro que, aunque no sea algo que se comparta de forma abierta, es un pensamiento recurrente en la mayoría de las personas. Si crees que sí pero no tienes pruebas, a continuación lo podrás comprobar. Puede que estés seguro de que el sexo es lo tuyo y eso mismo crees que piensan tus parejas. Pero, ¿es cierto?

A veces, ser o no un buen amante poco o nada tiene que ver con saberse todas y cada una de las posiciones que encontramos en el kamasutra. Suele predominar más el espacio mental, esa espiritualidad que se crea entre dos personas que se lo han pasado realmente bien en el dormitorio. Y, no, tampoco cuenta el número de orgasmos que haya habido.

Si te lo has preguntado, es el momento de despejar todas tus dudas. Descubre cómo saber si lo haces muy bien en la cama.

¿Te gusta el sexo? Eres bueno en la cama

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Cada persona es un mundo. También en lo relativo al sexo. Cada uno de nosotros contamos con ideas, pensamientos y conceptos sobre lo que es un buen amante. Sin embargo, sí que podemos encontrar un punto en común. Una de las claves para averiguar si eres o no bueno en la cama es saber cuánto te gusta llevar a cabo ese momento de placer.

En el caso de que, de forma continua, estés buscando nuevas experiencias y nuevas formas de pasarlo bien en el dormitorio, así como con tu pareja, seguro que eres un buen amante. Saber qué nos gusta y qué le gusta a la otra persona es clave a la hora de disfrutar. Además, si indagas en libros o artículos relacionados con el tema, no hay duda de que es algo que te apasiona. Y eso se nota.

No es lo mismo destacar en algo que no nos gusta que hacerlo en algo por lo que sentimos verdadera devoción. En el momento en el que una persona ama aquello que está haciendo, es mucho más fácil para ella convertirse en una experta. Y eso es justo lo que sucede también cuando hablamos de las relaciones sexuales.

Si eres de mente abierta, hay muchas posibilidades

mente abierta

El deseo sexual no es algo que se evapore de un día para otro. No llega un día en el que nos levantamos y ya no lo recuperamos, sino que es una especie de cadena ante la que debemos estar alerta. Cuando nuestra pareja, o nosotros mismos, nos sentimos cada vez más apáticos con respecto al sexo, el indicador de que algo no funciona como debería está a punto de estallar.

Y es que, para saber si somos buenos en la cama, mantener a raya ese medidor resulta muy importante. No solo el saber cambiar de postura mientras estáis en ese momento indica que eres un buen amante, sino también el saber disfrutar de todos los momentos y etapas sin estar cerrado a probar cosas nuevas. Es decir, debemos romper con las cadenas de la rutina. O estas nos terminarán asfixiando.

Es imprescindible contar con una buena sesión de besos, masajes y todo tipo de prácticas que os gusten, como sexo oral, masturbaciones, probar cosas como el sexo anal, etc. para no caer en la rutina sexual. Si estás dispuesto siempre a probar cosas nuevas, también con tu pareja, dominas como nadie la experiencia en el dormitorio.

El orgasmo no se te escapa

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Como hemos mencionado antes, el orgasmo no es lo único que importa a la hora de calificarnos como buen o mal amante. Sin embargo, no cabe duda de que es uno de los elementos que más disfrutamos durante el sexo, por lo que también ocupa un lugar bastante grande en la lista de prioridades.

Antes de empezar a hablar de los orgasmos de los demás, debemos empezar con los propios para saber si somos o no buenos en la cama. En muchas ocasiones, hay gente que no se conoce a sí misma. Esto hace que no sepa qué le gusto o ni siquiera cómo llegar al orgasmo de forma precisa. De este modo, no consiguen disfrutar ese momento de placer al cien por cien.

Un hombre que sabe cómo le gusta y qué le gusta resulta muy sensual para una mujer. Y viceversa. Cuando las dos personas que se encuentran en el dormitorio conocen su cuerpo en profundidad, las cosas fluirán e irán a pedir de boca. Es decir, se tratará de un proceso natural, nada forzado y, por tanto, mucho más placentero para ambos. Aquí gana la proactividad.

Confianza y seguridad en uno mismo: claves para ser bueno en la cama

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A la hora de saber si somos o no buenos en la cama, otra de las cosas de las que debemos estar pendientes, más allá de si nuestra pareja disfruta, es de si confiamos los suficiente en nosotros mismos. Como ves, para hacer este ejercicio, es más importante el saber escucharnos y conocernos, para poder dar ese placer a alguien más.

Tener seguridad y confianza será clave a la hora de poder disfrutar del sexo, tanto en pareja como en solitario. Esto también está muy relacionado con saber hacer disfrutar a la otra persona. Cuando tenemos seguridad en nosotros, podremos probar prácticas como hacerlo con la luz encendida o pasear desnudos por la habitación, cosa que resultará de lo más sexy a ojos de los demás.

Pensar y actuar con libertad tanto antes como después del acto nos demostrará que estamos a gusto en nuestro cuerpo. Es decir, somos buenos en la cama. Gracias a esa confianza, la otra persona conseguirá un extra de excitación, ya que sabe que nada te da miedo en lo relativo a tu sexualidad.

La generosidad te hace bueno en la cama

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Un mal amante querrá obtener placer siempre en sus relaciones. Cuando eres bueno en la cama, el objetivo principal será disfrutar a través de excitar a la otra persona, centrándonos menos en nosotros mismos. Aquellos considerados como buenos amantes, están dispuestos a dar más y no disfrutan si la otra persona no lo hace.

En otras palabras, se debe ser generoso en la cama para considerarse bueno en ella. Cuando en el mismo dormitorio coinciden dos personas generosas, la química sexual aparecerá por sí sola y se creará un lazo difícil de romper. Amos querrán que el otro disfrute, por lo que nadie se irá a dormir sin haberlo pasado bien.

Por supuesto, no hay mejor señal para saber si eres un buen amante que el conocer si tus parejas desean repetir la experiencia. Cuando, tras una primera vez, esa persona sigue buscándote, está todo dicho. Y es que los buenos amantes dejan enganchadas a las personas con las que mantienen sexo.