La Dirección General de Tráfico (DGT) se resiste a penalizar los vehículos de combustión a través de los distintivos ambientales cuyos parámetros tendrían que actualizarse tal y como piden diversas asociaciones ecologistas. A ojos de las organizaciones verdes el actual sistema de etiquetas ambientales establece una clasificación incoherente en determinados aspectos y es por ello que han demandado a la DGT su reforma. Sin embargo, desde el departamento que lidera Pere Navarro hacen oídos sordos y se excusan en la falta de acuerdo entre los actores implicados para no actualizar este código de identificación de vehículos contaminantes.
El pasado mes de abril, las asociaciones ECODES, Ecologistas en Acción, Greenpeace y Transport & Environment (T&E) pidieron a la Dirección General de Tráfico que reformara y actualizara este sistema obsoleto. Sin embargo, la respuesta ha sido la probada complicidad de la DGT con el sector del automóvil que a juicio de los ecologistas «bloquea la necesaria reforma y actualización de los distintivos ambientales para los vehículos». Para estas organizaciones verdes, su paralización y la falta de diálogo y transparencia está poniendo en riesgo la descarbonización y el proceso de transformación y transición del sector del transporte y la movilidad, cuyos principales impactos son la mejora de la calidad del aire en las ciudades y la protección de la salud de la ciudadanía.
Y es que la pegatina que dice cuán contaminante es nuestro vehículo podría no ser la ideal ya que, teniendo en cuenta las condiciones reales de conducción, la clasificación de los vehículos contaminantes varía. Es por ello que el 15 de junio de 2020 el Gobierno incluyó su actualización dentro del “Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción. Hacia una movilidad sostenible y conectada” siendo la DGT responsable de este etiquetado.
Sin embargo, a pesar de cumplirse el plazo para la renovación el pasado julio, la DGT no ha movido ficha. El director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, se ha excusado en que la paralización del proceso se debe a «una falta de acuerdo” y a las presiones públicas del sector del automóvil que piden que se dejen tal y como están. Aunque no sean las idóneas y el Gobierno de España haya pedido a la DGT que las actualice, el organismo liderado por Pere Navarro ha permanecido impasible. Tampoco han importado las reivindicaciones de las asociaciones ecologistas que demandan una mayor acción para adecuar los distintivos ambientales a los niveles de contaminación reales.
LOS ECOLOGISTAS LUCHAN POR LOS DISTINTITVOS
Las organizaciones ecologistas españolas han estado muy pendientes de este etiquetado que favorece la movilidad sostenible en las grandes ciudades y han intentado contribuir al proceso con el objetivo de favorecer al medio ambiente. Es por ello que proponen una renovación del etiquetado a pesar de que la Dirección General de Tráfico (DGT) no esté dispuesta a incluir modificación alguna. Algunas de estas asociaciones son ECODES, Ecologistas en Acción, Greenpeace y Transport & Environment (T&E) o Fundación Renovables.
Carmen Duce, co-coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción, ha detallado que la propuesta “se centra principalmente en incluir las emisiones reales de CO2, reservar la etiqueta CERO a los vehículos sin emisiones y eliminar la confusa etiqueta ECO, que actualmente beneficia al gas y a los SUV híbridos, sustituyéndola por una D coherente.». Duce continúa recalcando que «en la actualidad, los vehículos muy contaminantes pueden obtener una clasificación C o incluso ECO, sin olvidar que no discriminan respecto al gas fósil» y demanda la necesidad de «un sistema de etiquetado que discrimine positivamente a los vehículos que realmente contaminan menos.» «El futuro de la movilidad urbana y la calidad del aire están en manos de la DGT; la exclusión de nuestras organizaciones de este proceso es un sinsentido», zanja la co-coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción .
Por su parte, el coordinador de la campaña de movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández ha señalado que “queremos que la DGT de un mensaje rotundo sobre la nueva movilidad urbana. España quiere ser climáticamente neutra en 2050 y es innegable el papel de la descarbonización del transporte y la movilidad». Asimismo, Fernández ha puesto en valor estratégico a las metrópolis en cuanto al etiquetado: «las ciudades son clave para cumplir este objetivo, fomentando la movilidad limpia y activa, el transporte público, la reducción del vehículo privado, etc. Reformar coherentemente el sistema de etiquetas es de vital importancia para acompañarlas en este proceso, generando claridad, un cambio de hábitos y haciendo que sean una referencia efectiva. Hacemos un llamamiento a la acción gubernamental y parlamentaria para poner fin a esta situación y que se aprueben unos distintivos reales”.
