Los cambios en el PP sacan a Javier Maroto del ocio nocturno y reviven su actividad en el Congreso

Javier Maroto es todo un oportunista. La actitud de «deslealtad» del portavoz del Partido Popular en el Senado tras la salida de Pablo Casado no ha gustado nada en Génova. El hasta ahora presidente del grupo popular hizo grandes esfuerzos por empadronar a Maroto en un pueblo perdido de Segovia para convertirle en senador. Además, el líder del PP armó todo el aparato de partido de tal forma que el portavoz pudiera entrar en las listas. Todo para que un «desleal» Maroto, tal y como le define más de uno en el Partido Popular, haya decidido traicionar a aquel que le tendió la mano y trató de auparle en la formación con un puesto de relevancia.

Hasta hace días, parecía que el Congreso provocaba urticaria a más de uno, según han confirmado fuentes de su entorno a MONCLOA.com. Con un Casado fuera de juego, la Cámara Baja se ha vuelto sumamente atractiva para Maroto y un escenario perfecto para trabajar en sus pretensiones de conseguir un puesto de relevancia. Está tanteando el terreno, observando quien será la persona que mueva los hilos en el Congreso, para construirse una imagen digna de un cargo de importancia en la formación.

Javier Maroto

Pablo Casado fue nombrado presidente del Partido Popular hace cuatro años, en julio de 2018. Desde entonces, Maroto no ha acudido al Congreso de los Diputados «ni una vez», no era un lugar que le interesara lo más mínimo, tal y como aseguran fuentes del Congreso a MONCLOA.com. Él prefiere «entregarse al ocio nocturno» y a «la vida desenfrenada», según fuentes cercanas al exalcalde de Vitoria. Y es que, desde que se vio sin proyección política, la vida en el Congreso perdió interés para el diputado; por eso opta por pasar desapercibido, que ni se note que está allí, durante las comidas con otros compañeros, solo se limita a ocupar una silla, a hacer como si no existiera, porque habla lo justo para ni se note que está allí, llegando casi a mimetizarse con el entorno.

Todo para que nadie le pueda recriminar algo que ha dicho en cierto momento, en cierta comida, cierta reunión. Todo para no perder un puesto dentro del partido ni su gran salario público. A él lo que le gusta es que le dejen tranquilo y poder disfrutar de grandes fiestas organizadas en alta mar, barcos y yates, rodeado de lujo y sin preocupación. Y para ello, es fundamental poder mantener su sueldo como miembro del PP con el que se financia su desenfrenada vida, con el que se paga su gran pasión: la fiesta y, en verano, los barcos.

Por eso, ha decido reactivar su vida laboral y buscar nuevas oportunidades de trabajo en el Congreso de los Diputados, un edificio totalmente desconocido para él, que lleva sin pisar cuatro años, desde que Casado pasó a ostentar el liderazgo del PP. Y es que, el senador ha sido una persona muy cercana Pablo Casado. Tanto es así que el presidente del grupo forzó al PP de Castilla y León a designar a su amigo Maroto que, de forma sorprendente, se empadronó en una localidad con apenas un centenar de habitantes, Sotosalbos, para convertirse en el nuevo portavoz popular en el Senado. Pablo movió toda la estructura del partido para colocar Maroto, a quien consideraba una persona de confianza y leal, algo que tras los últimos acontecimientos se ha podido comprobar que no es así, sino todo lo contrario. Javier no ha dado la cara por Casado, a pesar de que el líder del PP se expuso a duras criticas por colarle en las listas, algo que es conocido en Génova y que no le perdonan.

EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS SE HA VUELTO SUMAMENTE ATRACTIVO PARA MAROTO Y SU FUTURO LABORAL

Ahora está sondeando distintas personalidades que podrían tener un puesto de relevancia en la formación con la llegada del presidente de Galicia y candidato a líder del PP, Alberto Núñez Feijoo. El senador, como otros muchos, espera que la llegada de Feijoo le ayude a crecer dentro de un partido en el que lleva «estancado» varios años. Los esfuerzos de Casados se limitaron a meterle en las listas cuando Maroto estaba convencido de que llegaría más lejos. Las fuentes insisten en que esa decepción motivó que pasara cada vez menos por el Congreso.

El Parlamento se ha convertido repentinamente en el sitio favorito de Maroto. La vuelta de Maroto a los pasillos ha coincidido, para sospecha de más de uno en Génova, con la salida Teodoro García Egea y de Casado. Javier Maroto tiene un objetivo claro: crecer en la formación, algo para lo que la salida de Pablo le ha brindado la oportunidad perfecta, aunque ello haya implicado enemistarse con la vieja cúpula del PP. Una actitud que no ha sentado nada bien Génova, ya que ha sembrado un ambiente de malestar por la actitud de deslealtad del senador.

RAFAEL HERNANDO SEGUIRÁ EL EJEMPLO DE MAROTO

Javier Maroto no es el único que ahora ve con otros ojos el Congreso de los Diputados. Rafael Hernando, senador del Partido Popular, también se ha dejado ver muy a menudo por la Cámara Baja desde que no está Pablo Casado. Ambos políticos llevan varias semanas, desde que el líder del partido anunció que daba por finalizada su etapa en la formación, acudiendo a los pasillos del Congreso, tanteando a distintos miembros del grupo para descubrir a quien pueden mendigarle un cargo de relevancia en el nuevo equipo de Feijoo. Los desleales del partido se han quitado la máscara y han descubierto sus cartas. La estrategia de los dos populares consiste en asegurar su permanencia en el PP traicionando a Casado.