El PSOE no sabe cómo deshacerse del «superior jerárquico» Óscar Puente

El PSOE sabe que las encuestas no son buenas. Puede que Valladolid no parezca una ciudad especialmente relevante a nivel electoral si se compara con otras con más población, pero lo cierto es que Moncloa tiene el ojo puesto en los pocos pequeños feudos que le quedan. Castilla y León es del Partido Popular (y ahora de Vox también), pero hay ciudades en las que el PSOE ha resistido. Desde que fue «cazado» cometiendo algunos excesos, Óscar Puente, alcalde socialista de Valladolid, ha estado en el radar de Moncloa. Pero desde que los sondeos internos hablan de una hecatombe en el municipio castellanoleonés, lo cierto es que Ferraz se plantea apartar a Puente antes del desastre. La única esperanza del «superior jerárquico», tal y como se autodefinió el regidor en una ocasión, es el plan B que sopesa el equipo del presidente. Dejar que el descontento social con el Gobierno se vuelque en las urnas municipales y autonómicas para evitar que el PSOE a nivel nacional caiga.

Puente es un perfil muy incómodo para Ferraz. Los socialistas preguntados por MONCLOA.com aseguran que se ha convertido en un auténtico dolor de muelas para Adriana Lastra y Santos Cerdán porque sus excesos en su vida personal salpican una imagen del socialismo que el PSOE quiere borrar desde el escándalo de los ERE de Andalucía. Cuando el analista Alvise Pérez publicó una foto de Puente con un Mercedes Clase G 63 AMG, valorado en 172.000 euros, que le había prestado un amigo empresario, en Ferraz se llevaron las manos a la cabeza. Tras esto, se habló de la posibilidad de echar a Puente de todos los cargos de responsabilidad en el partido (pues es portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE desde junio de 2016), pero el partido decidió dejarlo pasar a la espera de que llegaran las elecciones.

En Madrid irá Mercedes González, no Mar Espinar ni Emma López

Ahora empiezan a verse los sondeos. Y a menos de un año de las elecciones (y aún menos para crear las listas), el nombre del «superior jerárquico» ha vuelto a ponerse encima de la mesa de Lastra. El PSOE lleva tiempo preparando las listas electorales para las elecciones municipales y ya tiene más o menos claro quién irá a qué comicios. En Madrid irá la delegada del Gobierno Mercedes González, no Mar Espinar ni Emma López. En la Comunidad se sopesa la idea de «quemar» a Juan Lobato o la de traer a la impopular ministra de Justicia, Pilar Llop. Y en Valladolid se plantean si traer una cara nueva o dejar que Puente se queme a la par que regalan el gobierno de la ciudad castellanoleonesa a PP y Vox. En algunas cuestiones, como en la capital, las ideas están más claras. Pero en otras no tanto.

Todas estas decisiones se toman en Moncloa, con la ayuda del ministro Félix Bolaños y la complacencia del jefe de gabinete Óscar López. Pero quienes ejecutan estas ideas o quienes mantienen el control son Cerdán y Lastra. Hasta ahora, las listas se preparan con calma y mimo porque lo que prima es controlar las encuestas a nivel nacional. Pero la estrategia aún no está definida. Hay voces en Moncloa que creen que hay que imitar a José Luis Rodríguez Zapatero y permitir que los españoles paguen el descontento con el Gobierno en las urnas en mayo para que en noviembre el escenario sea mucho más amable para el presidente del Ejecutivo. Y hay otros que creen que hay que ir a por todas, lo que implicaría sacar de la ecuación a Óscar Puente, el «quemado» alcalde de Valladolid.

Puente se ha convertido en un alcalde realmente incómodo para los socialistas. Lo del Mercedes fue solo una anécdota. Una de tantas. Viajes con empresarios, investigaciones judiciales y una vida personal con «altos niveles de ocio» han convertido al alcalde en uno de los peones más incómodos del partido. Pero el miedo de Ferraz no es solo que Puente pierda las elecciones, algo que parece indicar cada encuesta que se celebra. El miedo de los socialistas es que los excesos de Puente contribuyan a deteriorar la imagen del partido. Nadie en Moncloa se puede permitir en estos momentos tan ajustados el perder votos por un candidato que consideran que se quemó hace tiempo.

Ni Lastra, ni Cerdán ni mucho menos Sánchez deben nada al alcalde vallisoletano. De hecho, lo que consideran en Ferraz es que bastante le han dado ya al permitirle seguir después de los escándalos publicados que rodean al alcalde. Aún así, desde el PSOE aseguran que Puente no siempre ha sido un hombre leal al partido. Algunos entienden que es un verso libre que funciona con cierta autonomía, como el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en el Partido Popular. En cualquier caso, el alcalde tiene pendiente una llamada de Lastra. Esa con las que la socialista acostumbra a amedrentar a los potenciales candidatos del partido porque sabe que se ha convertido en el ‘pitbull’ de Moncloa.