La «persecución» de Ecoembes a los políticos que apostaban por el SDDR fracasa

Ecoembes no recicla lo que debe. Al menos es lo que se desliza de los informes de grandes ONG como Greenpeace que aseguran que esta sociedad anónima sin ánimo de lucro solo recicla un 30% de los envases que generan las empresas que componen la S.A.. En cualquier caso, la nueva Ley de Residuos que saldrá adelante en menos de un año ha venido para quedarse y contempla la introducción del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) para ampliar ese porcentaje de envases reutilizados. Y lo hace a pesar de las duras presiones de Ecoembes para que no lo hiciera. Esta sociedad anónima sin ánimo de lucro ha puesto toda la carne en el asador para mantener el monopolio que tiene del reciclaje en España. Fuentes solventes aseguran a MONCLOA.com que ha ejercido todas las presiones habidas y por haber para tumbar la introducción del SDDR, que van desde señalar a activistas a través de medios «amigos» hasta intentar tumbar a algún político incómodo que amenazaba su «chiringuito». Si no que le pregunten a Julià Álvaro

Los partidos que han trabajado por la introducción del SDDR están de enhorabuena. Ellos no ganan nada, pero el porcentaje de envases reciclados en España crecerá. Hay algunos dirigentes políticos que temen que Ecoembes se subirá al carro en el último momento y se sumará al sistema SDDR con tal de seguir ganando algo de dinero, pues no hay que olvidar que los directivos de Ecoembes ganan en torno a los 200.000 euros anuales, según las cuentas de la sociedad. En un principio, lo intentaron frenar de todas las maneras habidas y por haber hasta el extremo de entrar en una guerra «sucia» a través de los medios. Para ellos, introducir este sistema era una forma de enriquecer a algunas empresas que viven de estos sistemas, pues son los que colocan máquinas en la calle a las que se puede entregar botellas de plástico a cambio de que te devuelvan algo de dinero.

De hecho, se ofendían especialmente con la posibilidad de que entrase en el país una empresa noruega. Titulares como «Un grupo noruego financia en España a ecologistas para imponer sus máquinas de reciclaje» tensaban a los ecologistas que peleaban por mejorar el sistema de reciclaje, pero al final no consiguieron tumbar la iniciativa.

El atacar el SDDR se convirtió en una obsesión para Ecoembes, pero finalmente no han conseguido sacarlo de la nueva Ley de Residuos. Desde el Gobierno entienden que saldrá adelante y se aplicará en menos de un año. Esto traerá una serie de máquinas de la mano de otras empresas que harán que ese 30% de reciclaje suba exponencialmente, o al menos es lo que esperan. En cualquier caso, lo cierto es que los ecologistas consultados por MONCLOA.com aplauden la medida dado que es buena para el medio ambiente. Y lo que pierde Ecoembes es «solo dinero», aunque sea la razón de ser de estas empresas envasadoras que componen la sociedad anónima sin ánimo de lucro.

OPERACIÓN ECOEMBES: FRENAR A JULIÀ

Es un relato para no dormir que aún se cuentan entre los grupos ecologistas y el protagonista es un político valenciano llamado Julià Álvaro. Trabaja en la vicepresidencia de la Generalitat Valenciana. Es uno de los que más cerca estuvo de sacar adelante el SDDR en su comunidad, pero tuvo un rechazo frontal por parte de Ecoembes. Tanto, que incluso de forma inexplicable algunos medios de comunicación atacaron la iniciativa de Julià, dirigente de Alianza Verde, con tal de no aplicar ese sistema que amenazaba directamente los beneficios de Ecoembes. No hay que olvidar que más de 200.000 euros al año para los directivos no es una cifra que se pueda ignorar.

Fuentes del entorno del político aseguran que la campaña contra el ecologista fue «brutal». Los ataques consiguieron adormecer el debate hasta el punto de que muchos dudaron sobre si este sistema, que no olvidemos que consiste solo en permitir que se coloquen máquinas de reciclaje en la calle por las que te devuelven algo de dinero, se llegaría a implementar o no. Finalmente, se consiguió introducir en la Ley de Residuos, pero con un alto coste personal para aquellos que estaban convencidos con el hecho de que introducir un método más de reciclaje no era un peligro para la sociedad, solo para las cifras de Ecoembes.

Ahora, estos mismos ecologistas ven con cierto grado de estupefacción el hecho de que Ecoembes se plantee sumarse al sistema SDDR. «Si no puedes con tu enemigo, únete a él», dice el refrán y algún que otro ecologista que ha visto cómo Ecoembes no ha conseguido con sus medios frenar nada. Que se vean máquinas por la calle es cuestión de tiempo. También lo es que ese triste 30% de envases reciclados, cuando Ecoembes tiene la obligación por ley de reciclar el 100%, aumentará algo con la nueva ley. Pero curiosamente también lo es que esas máquinas llevarán el sello de Ecoembes y ejercerán una vez más de portales de greenwashing de Ecoembalajes España.