Una receta de alitas de pollo al ajillo. Muchos pensarán que es tirar a la basura el pollo y que no hay mejor manera de comer las alitas de pollo que con una buena salsa barbacoa bien melosa y que se te pega a los dedos. Sin embargo, nuestros abuelos no son tan modernos como nosotros y solían acostumbrar a comer este producto con una buena salsa de ajo, tomillo y vino blanco, un adobo clásico que nunca falla. Por ello, te vamos a enseñar a hacer una receta de alitas de pollo al ajillo crujientes y melosas que están para chuparse los dedos.
PRIMER PASO: CORTAR LAS ALITAS DE POLLO Y LAS SAZONAMOS
Antes de ponernos manos a la obra, tenemos que recordar que esta receta es muy sencilla y que no se necesitan años de experiencia o una estrella Michelín para lograr un resultado de matrícula de honor. Lo primero que tenemos que hacer es coger las 20 alitas de pollo y separar la alita del muslo. Para ello, utilizamos un cuchillo bien afilado y cortamos justo por el hueso que une ambas piezas. Una vez que tenemos las alitas y los muslos separados, sazonamos con un poco de sal, pimienta y, opcional, un poco de paprika para darle un toque picante.
