El partido de Frente Obrero ha hecho muchos esfuerzos para no ser comparado con la formación de Santiago Abascal, pero los discursos de su líder, Fermín Turia, están alejando al partido de este objetivo. La formación, que pretende separarse del término «comunista» y se identifica con el sincretismo político, está presidida por Roberto Vaquero pero una de sus caras más visibles es Turia, un joven cuya narrativa está marcada por su negativa a la Ley Trans, y ahora, por copiar la expresión «enfermos crónicos» a María Ruiz, diputada de Vox, para referirse a las personas transexuales.
Durante la campaña para las Elecciones Generales del 23 de julio, la política del partido de Abascal utilizó el término «enferma crónica» para referirse a la filósofa y entonces portavoz LGTBIQ+ de Sumar, Elisabeth Duval, por tener que tomar hormonas para su transición de género. Esta escena entre ambas personalidades se hizo viral y María Ruiz consiguió que se la ligara directamente con este mensaje de odio que ella misma ya había pronunciado cuatro meses antes en el Congresos de los Diputados, cuando ligó la visibilidad del colectivo con un «alarmante aumento de casos de homosexualidad y transexualidad”.
Ahora, Fermín Turia ha seguido los pasos de la diputada de Vox y, a pesar de ni acercarse a sus resultados electorales en los comicios, el Frente Obrero muestra su similitud con los de Abascal en los discursos de odio frente a la comunidad LGTBIQ+. Así, el líder «obrero» ha utilizado su perfil de Instagram para asegurar que el «transactivismo es homofobia» al compartir un video que comienza llamando «enfermos mentales» a las personas trans, para continuar con que las políticas trans incluyentes les convierten en «enfermos crónicos». También ha asegurado que esto ocurre porque «hay personas que prefieren a un hijo enfermo que a un hijo gay», considerando así que la orientación sexual y la identidad de género son la misma cuestión.
La OMS no considera la transexualidad como una enfermedad
A pesar de que Fermín Turia utilice la lucha y los derechos de las personas del colectivo LGTBIQ+ para buscar adeptos, sus discursos se alejan de lo que establecen instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud. Al igual que Vox, el partido Frente Obrero considera la disforia de género como una «enfermedad mental», siendo Turia quien asegura que «esa persona tiene un trastorno mental y tú le estás diciendo que ataque su propio cuerpo; le estás diciendo que la única salida a solución a sus problemas es ser un enfermo crónico».
Sin embargo, más allá de la percepción de este partido, cuyo apoyo electoral no llegó a las 50.000 votos en los comicios generales, la realidad internacional es otra. La Organización Mundial de la Salud dejó de considerar la transexualidad como una enfermedad el 2018, eliminándola así del capítulo de «trastornos» e incluyéndola en “condiciones relativas a la salud sexual”, hecho que también cuestionó el colectivo trans por considerar que aun tiene un sentido «patologizante».
Frente Obrero, el partido de los escraches con su lucha personal contra la transexualidad
No es la primera vez que el partido de Roberto Vaquero muestra su posición de transfobia públicamente. El propio Fermín Turia tiene su propia «lucha personal» contra la Ley Trans y la transexualidad, siendo un tema recurrente en sus discursos y en el contenido que comparte en redes sociales. De hecho, durante la campaña electoral del 23J, el equipo de Frente Obrero colocó una pancarta contra esta normativa en la Plaza de Colón de Valencia, donde Turia reside. Dicha lona tenía escrito «stop Ley trans, ser mujer no es un sentimiento», alejándose así de los mensajes de «clase obrera» y acercándose a los de la formación de Abascal.
Así, aunque este partido esté conformado por organizaciones como el Partido Marxista-Leninista, Juventud Combativa (sus juventudes), el sindicato Frente de Obreros en Lucha y la Esperanza Obrera, sus mensajes y acciones se alejan de la «clase obrera» y se centran en «boicotear» a la clase política. Este partido se ha dado a conocer por organizar escraches a Pablo Iglesias y a Iígo Errejón, por hacer pintadas en las sedes de los otros partidos políticos y por dar voz al discurso de Roberto Vaquero, quien ha destacado por haber sido condenado a más de dos años de prisión por colaborar con la organización terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y también por tenencia de explosivos.