Sánchez deja a un lado a Torra y negociará su investidura solo con ERC

  • El líder socialista entiende que Quim Torra solo elevará el tono ante las exigencias de Esquerra Republicana de Catalunya.
  • El president de la Generalitat ha vuelto a lanzar mensajes moderados de diálogo hacia Sánchez.
  • ERC ha visto satisfechas todas sus demandas a excepción de la celebración inminente de un referéndum.
  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solo negociará su investidura con ERC. El líder socialista quiere evitar estas semanas choques frontales con los independentistas. Sánchez es consciente de que tendrá que hacer concesiones a los nacionalistas para crear el Gobierno de coalición, pero solo está dispuesto a hacerlo en un marco estable y constitucional que no dé pie a titulares controvertidos. ERC garantiza un diálogo suave y sin exabruptos, mientras que el president de la Generalitat, Quim Torra, ha planteado desde que accedió al cargo una oposición frontal y excluyente ante el «Estado español», algo que le ha costado quedarse fuera de las negociaciones.

    En esta investidura no solo está en juego el próximo Gobierno de España, también lo está el liderazgo de la causa independentista. Esta pugna se libra entre Torra y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras (aún en prisión). Y por el momento, el papel moderado y pactista de ERC está llevando al político preso a convertirse en la llave de Gobierno y el referente de los nacionalistas para desatascar el conflicto. Sin embargo, el papel agresivo de Torra le ha llevado a quedarse fuera de las negociaciones, ya que Sánchez no cuenta con él para ser investido presidente.

    Desde el PSOE consideran que lo único que hará Torra será elevar el tono. Sumará más exigencias a las planteadas por ERC. Es por esto que desde Ferraz consideran que el president no es un socio fiable para negociar la investidura.

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    El espíritu pactista que se desprendió de la reunión de Pedralbes parece invadir de nuevo a Torra. Pero los socialistas no confían en alguien que, por el momento, ha limitado su acción a exigir la libertad de los políticos presos y a exigir un referéndum de autodeterminación vinculante, sin más alternativa que la independencia. Junts per Catalunya corre el riesgo, no solo de perder el liderazgo de los nacionalistas en la comunidad autónoma, sino de no obtener nada en las negociaciones, además de posicionarse como un agente del bloqueo, al igual que Vox o la CUP.

    El PSOE trabaja en silencio, solo interrumpido por las llamadas de atención del president Torra en las que pide que le llamen; que le tengan en cuenta para llevar hablar de la investidura. «Diálogo y seguridad jurídica», ha exigido Torra en un claro intento de rebajar el tono. Pero el líder socialista le ha ignorado.

    Desde el PSOE quieren garantizar los apoyos que consideran menos tóxicos. Unos apoyos que les garanticen no solo la investidura, sino aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que darán continuidad a la legislatura. Los de Ferraz consideran que tanto el Partido Popular, como Junts per Catalunya no darían continuidad al Gobierno. Es por esto que los de Sánchez se han echado en brazos de Unidas Podemos, ERC y el PNV.

    Entre tanto, Torra también se ha dedicado a aplaudir los arrolladores resultados de las elecciones británicas en los que, a pesar de que el conservador Boris Johnson ha obtenido una victoria sin precedentes, los nacionalistas escoceses están en auge. Y el president de la Generalitat ya ha anunciado su apoyo y sus felicitaciones a los independentistas escoceses. Solo falta que la sombra de un segundo referéndum contagie a los nacionalistas catalanes.

    LOS LOGROS DE ERC

    ERC ya ha conseguido que el PSOE vea con buenos ojos una mesa bilateral en la que se puedan tratar todos los temas; incluida la propuesta de celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña y la liberación (o la amnistía) a los líderes del procés, actualmente en prisión o fugados. Todas las demandas de ERC se han visto satisfechas, pero no en su plenitud, ya que el PSOE se resiste a abordar la celebración de una consulta vinculante sobre la autodeterminación.

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    También se ha manejado la figura que tanta polémica suscitó en Pedralbes: el relator. Sánchez no ve con malos ojos que haya un intermediario independiente que asista a las reuniones. Lo que le cuesta más a los socialistas es apoyar la idea de que esos encuentros se celebren entre iguales, de Estado a Estado. Pero eso es tan solo una cuestión de forma que desde Ferraz confían en maquillar.

    El único fleco es la fecha. Tanto el PSOE como Unidas Podemos esperaban investir a Sánchez presidente del Gobierno antes de las Navidades. Pero ERC ha pisado el freno para aclarar algunas cuestiones que, según los representantes de los partidos en los encuentros, se solucionarán porque hay voluntad de diálogo. Todo apunta a que la investidura se celebrará en enero.

    Lo más curioso (y lo que más malestar ha generado en el partido de Torra) es que en esa mesa de negociación que tratará todos los temas para solucionar el conflicto político en Cataluña solo estará ERC. O al menos solo el partido de Rufián habrá tenido potestad para negociar cómo debería ser.