El rey Juan Carlos fue objetivo del espionaje montado para el BBVA

  • Un documento del comisario José Manuel Villarejo coloca al monarca en una lista de nombres bajo la lupa en la operación Trampa.
  • Los informes deslizan el uso que podría tener una puerta camuflada en el dormitorio del rey en una finca de Juan Abelló.
  • El rey se sintió utilizado por este financiero, que dio a entender que apoyaba el cambio en la cúpula del BBVA, según el comisario.
  • El rey Juan Carlos fue objeto del trabajo de espionaje para el BBVA realizado por el comisario José Manuel Villarejo. Un documento elaborado como primer esbozo de las acciones a acometer por el equipo del comisario incluía a Juan Carlos de Borbón como uno de los principales objetivos.

    En este grupo se encontraban algunos de los que consideraban como principales nombres del grupo que pretendía hacerse con el poder en el BBVA a través de un ataque de la constructora Sacyr o del círculo que lo apoyaba. Así, el primero en la lista era Luis del Rivero, presidente de la misma.

    En segundo lugar se encontraba Miguel Sebastián, director de la Oficina Económica de Moncloa, considerado como el patrocinador de la maniobra en el ámbito político. En la lista estaban incluidos el financiero Juan Abelló; el expresidente del Gobierno, Felipe González; el empresario Enrique Sarasola y el periodista Juan Carlos Escudier.

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    Documento donde se encuentra el nombre del rey entre los objetivos de Villarejo. El subrayado es de Moncloa.com

    La lista de objetivos continuaba con Julio Feo, que había sido secretario general de la Presidencia del Gobierno (considerado el máximo responsables de lo que se bautizó como los fontaneros de La Moncloa) con Felipe González y que luego se dedicó a prestar servicios como consultor.

    Igualmente se encontraban en esta selecta relación el empresario Gustavo Cisneros, el banquero Emilio Botín, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana; el expresidente del BBVA, Emilio Ybarra y quien en ese momento era dueño del grupo PRISA, Jesús de Polanco.

    El documento es uno de los primeros que realiza Villarejo cuando montó este dispositivo. En él comienza a asociar acrónimos a los nombres de las personas citadas. De esa manera, Felipe González será GON o Isidoro y Emilio Botín será nombrado en posteriores informes como BOTE. Aunque aquí aún no aparece, en otros documentos el rey Juan Carlos aparece citado bajo las siglas de SM, correspondientes a Su Majestad.

    La investigación alrededor del rey Juan Carlos se concretó en los informes elaborados por Villarejo para el BBVA. La mayoría de las referencias se producen debido a que el financiero Juan Abelló alude a que el rey apoyaría la operación para cambiar al presidente del BBVA, según Villarejo.

    Abelló fue considerado entonces “el verdadero artífice de la operación” y Villarejo informa sobre la importancia de las reuniones que tienen lugar en Aranjuez y en sus fincas de Toledo. Entre ellas señala la importancia de “Las Navas”, donde se ha alojado el rey. Según el informe preparado para el BBVA, esta finca tiene “el detalle singular del trampantojo en la habitación utilizada por SM”.

    LA DENUNCIA CONTRA EL PRESIDENTE DEL BBVA

    Este trampantojo es una puerta escondida que da paso de forma discreta a otra habitación y es citado en otros informes de Villarejo sobre la actuación de los miembros del grupo hostil a los intereses de Francisco González.

    Un documento Word fechado el 20 de enero de 2005 llamado “FG-Campaña-NotaCNMV-PD-19.1.05” amplía los detalles de esta misteriosa puerta. El documento parece contener unas reflexiones sobre la reacción ante la denuncia contra el presidente del BBVA, Francisco González, en la CNMV sobre la venta de su sociedad FG valores a Merril Lynch.

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    Referencia al rey en una nota de reacción a la denuncia contra Francisco González.

    Los párrafos que contiene desgranan lo que parece una relación de detalles delicados que podrían poner al descubierto sobre la operación de control sobre el BBVA. Entre ellos, como colofón, estaba el siguiente párrafo: “Y para tranquilizar el ánimo de los que dudan, está la finca de Toledo con la famosa habitación del trampantojo, donde unos motivos de caza ocultan el paso a la otra habitación…donde espera la amada del Señor”.

    El primer informe citado también relata que, a pesar de la buena relación de Abelló con el rey, el financiero supuestamente habría utilizado los servicios de la prestigiosa agencia internacional de detectives Kroll para que le informaran de “los negocios de un árabe llamado Abdul Rahman el Asir (ex cuñado del conocido Kashogi)”. Abelló quería estar al corriente de los detalles del “acercamiento de dicho personaje a SM de la mano de Alcocer”, en referencia a Alberto Alcocer, uno de los empresarios conocidos como Los Albertos, junto con su primo Alberto Cortina.

    Los trabajos de Kroll sobre el rey Juan Carlos se habrían extendido luego a ofrecer a Juan Abelló “datos de negocios en Marruecos del falso Príncipe Tchokotua, con Mohamed VI y el propio SM”. Zourab Tchokotoua es conocido por su amistad con el rey y por haber mediado para la cesión del palacio de Marivent, la residencia de verano de la familia real en Mallorca.

    «Su mera presencia había sido utilizada por el anfitrión para que los demás dieran por supuesto que contaba con todos los apoyos políticos»

    El interés de Villarejo por hurgar en todo lo relacionado con el rey Juan Carlos no es óbice para que reconozca en el informe que Abelló “no ha podido comprobar la veracidad de dichos datos, porque no se atreve a comentarlos con SM (a pesar de su amistad cómplice)”, con lo que “aún no sabe si tiene guardados en su poder informaciones importantes o meros bulos sin fundamento”.

    Villarejo realiza en las fechas finales de los servicios prestados al banco un resumen cronológico del “proceso sufrido contra los intereses” del BBVA. Aquí realiza un relato sobre los primeros pasos que habría dado Juan Abelló en esta operación.

    Según este relato, tras producirse los primeros contactos “con personas claves del PSOE” y comprobar que Felipe González (al que identifica en los papeles como GON) “seguía detentando grandes parcelas de poder” decide establecer “un discreto acercamiento vía SM”. Como es habitual cuando se trata de asuntos de especial transcendencia, Villarejo prefiere informar verbalmente, y así lo señala en este caso.

    La información manejada por el comisario, que pone en manos del BBVA, indica que Abelló habría errado al dar por hecho un apoyo del rey y, a pesar de no tenerlo, presentarse ante los demás protagonistas de la operación (entre otros, Emilio Botín o Miguel Sebastián) “como un enviado” de González y el monarca. De esta manera, Abelló habría expuesto el proyecto “como un deseo político y no como un asunto personal”.

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    Informe sobre el presunto malestar del rey con Juan Abelló.

    El mismo informe relata cómo se habría celebrado varias reuniones en el restaurante “Casa Pablo” de Aranjuez organizadas por Abelló. Según Villarejo, durante ese encuentro, el financiero ocultó al resto de los asistentes que había tenido dos contratiempos importantes. Uno de ellos era que Felipe González y el rey Juan Carlos “se sentían utilizados y pedían precisiones para seguir”.

    De hecho, siempre según el relato de los hechos ofrecido al BBVA, el monarca habría transmitido a Juan Abelló su desacuerdo con este comportamiento, precisamente porque “había asistido a un encuentro de varias personas en la finca que el empresario tiene en Toledo y su mera presencia había sido utilizada por el anfitrión para que los demás dieran por supuesto que contaba con todos los apoyos políticos”.

    Los informes de Villarejo ofrecen el detalle exacto de cómo se produjo el disgusto del monarca: “La mala suerte hizo, que a la reunión asistiera una persona que tiene una alta confianza con SM y por tanto no tuviera reparos a preguntarle a la mañana siguiente, coincidiendo con el desayuno, si estaba al corriente de los planes que la noche anterior había expuesto AVE”.

    El rey, según este informe, se había retirado temprano a su habitación. Tras conocer lo ocurrido, habría pedido explicaciones a Abelló, que no habría convencido al monarca con sus “explicaciones precipitadas y excusas”, siempre según el relato del comisario.

    En el informe final de Villarejo, de marzo de 2005, hace valer que desde el principio, su equipo “estuvo en condiciones de adelantar los reparos (y las circunstancias que los ocasionaron) en el apoyo de GON y SM”.