Un estudio de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha concluido que el uso de dexametasona, un fármaco ya aprobado y de bajo coste, reduce la mortalidad hasta en un tercio en pacientes hospitalizados con complicaciones respiratorias graves de COVID-19 que necesitan ventilación mecánica.
En marzo se lanzó el ensayo clínico aleatorio ‘RECOVERY’ para probar una serie de tratamientos potenciales para COVID-19, incluida la dexametasona en dosis bajas (un tratamiento con esteroides). Hasta la fecha, se han inscrito más de 11.500 pacientes de más de 175 hospitales de Reino Unido. El 8 de junio se suspendió el reclutamiento para la rama de la dexametasona ya que, en opinión del Comité Directivo del ensayo, se había reclutado a suficientes pacientes para determinar si el fármaco tenía o no un beneficio significativo.
Se asignó al azar a un total de 2.104 pacientes para que recibieran dexametasona 6 mg una vez al día (ya sea por vía oral o por inyección intravenosa) durante diez días y se comparó con 4321 pacientes asignados al azar a la atención habitual solamente. Entre los pacientes que recibieron solo atención habitual, la mortalidad a los 28 días fue mayor en los que necesitaron ventilación (41%), intermedia en los pacientes que sólo necesitaron oxígeno (25%) y menor entre los que no necesitaron ninguna intervención respiratoria (13%).
La dexametasona redujo las muertes en un tercio en los pacientes ventilados y en un quinto en los demás pacientes que recibieron solo oxígeno. No hubo ningún beneficio entre los pacientes que no necesitaron asistencia respiratoria. Sobre la base de estos resultados, se evitaría una muerte con el tratamiento de unos 8 pacientes ventilados o unos 25 pacientes que requieren sólo oxígeno.
«La dexametasona es el primer fármaco que ha demostrado mejorar la supervivencia en COVID-19. Este es un resultado extremadamente bienvenido. El beneficio de supervivencia es claro y grande en aquellos pacientes que están lo suficientemente enfermos como para requerir tratamiento con oxígeno, por lo que la dexametasona debería convertirse ahora en el estándar de atención en estos pacientes. La dexametasona es barata, en la estantería, y puede ser usada inmediatamente para salvar vidas en todo el mundo», explica uno de los investigadores principales del ensayo, Peter Horby.