Detenidas 126 personas en el primer año de cierre de la frontera entre Melilla y Marruecos

La Guardia Civil, en el primer aniversario del cierre de la frontera entre Melilla y Marruecos por la crisis del coronavirus, ha informado de la detención durante este tiempo de 126 personas, 84 de ellas menores de edad, por intentar introducir droga con el lanzamiento de la misma a través de la doble valla entre la ciudad española y el reino magrebí.

La Comandancia de Melilla ha explicado que si bien la casuística delincuencial en el vallado fronterizo es diversa, el delito de tráfico de drogas del tipo ‘hachís’ y sus derivados es el más asiduo y constante, también se dan otro tipo de tráfico ilícitos como de ‘cocaína’ o de ‘medicamentos’.

Hasta la fecha, cuando ha pasado un año desde que el 13 de marzo de 2020 Marruecos cerró los puestos fronterizos como medida para frenar la propagación del Covid-19, el Instituto Armado lleva contabilizadas 252 actuaciones delictivas, con el resultado de 126 personas detenidas, como presuntos autores de delitos de tráfico de drogas, 84 de ellas menores de edad.

Los jóvenes y adolescentes menores de 18 años arrestados suponen el 66 por ciento de los detenidos, que «son utilizados con asiduidad para la recepción de la droga» que otras personas arrojan desde el lado marroquí hacia Melilla a través de la doble valla de seis metros de altura pensada para frenar la inmigración irregular.

Los agentes han intervenido durante este año un total 201 kilogramos de drogas del tipo ‘hachís’, además de otros efectos como ‘cocaína’ y ‘medicamentos’, generalmente psicotrópicos usados como como droga.

DRONES, PIEDRAS O DESAGÜES

El portavoz policial ha explicado que el modus operandi que han usado para estas acciones consiste normalmente en aprovechar la oscuridad, lugares propicios con abundante arboleda o matorral para la ocultación y también utilizar los desagües de las calzadas y cauces de los arroyos para la aproximación en la recogida de los paquetes con droga y la huida.

Así, ha detallado que el ‘volteo’ de la droga a través del vallado se realiza de forma coordinada, siendo el método habitual de enlace entre los lanzadores desde el lado marroquí y los receptores en el español, «la llamada telefónica» previa.

Sabedores del cerco establecido, ha añadido la citada fuente, los autores vigilan los movimientos de las patrullas de servicio y los modos de actuar, llegando a utilizar triquiñuelas como «movimientos sospechosos para atraer su atención», o el lanzamiento de «paquetes que contienen piedras», a modo de señuelos, para desviar su atención y los recursos disponibles.

Al atardecer o durante la noche, a los paquetes les adosan «marcadores luminosos», similares a los utilizados en la pesca deportiva, para ver su trazabilidad y no perderlos.

Asimismo, ha destacado que han constatado la utilización de «drones», en varias ocasiones, que transportan ocultos en mochilas o vehículos, a los cuales les adosan «un dispositivo de enganche y suelta de la mercancía». El portavoz ha subrayado que en una ocasión el dron se descontroló y llegó a impactar contra una vivienda, aunque el accidente no ocasionó daños personales ni materiales.