El equipo de Sánchez prepara dos «bombas» para frenar la erosión por la subida de la luz

El equipo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está echando humo para paliar la consecuencia mediática de la subida de la luz. Hay voces en el PSOE que piden que se explique mejor que el precio del megavatio hora no tiene una consecuencia tan directa sobre la factura de la luz de un usuario medio. Pero el equipo de Moncloa del presidente tiene claro que sea como sea, el imparable ascenso ha erosionado la imagen de Sánchez y buscan noticias positivas para contrarrestar ese efecto desgaste que, prevén, seguirá durante lo que resta de año. La idea del gabinete del presidente es lanzar dos mensajes. Uno a finales de septiembre y otro a mediados de octubre. El primero, aprobar la subida del salario mínimo en 15 euros al mes. Y el segundo, el fin de las restricciones derivadas de la pandemia.

Sánchez tiene un gabinete que no está tan preocupado por la realidad sociopolítica del país y del partido, sino que tiene una pantalla en la que analizan minuto a minuto la popularidad del presidente. El jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, está preocupado por evitar la erosión imparable que desgasta la imagen de Sánchez, pero no saben cómo frenarla. Tan pronto acaba un problema, empieza otro. Y ahora el asunto del ascenso del precio de la luz (que ha pasado de 50 euros el megavatio hora a 180 en unos pocos meses) se ha convertido en el principal problema para la imagen de un Sánchez tocado en las encuestas electorales. Es por eso que en Moncloa han urdido una estrategia para intentar paliar las consecuencias de la subida de la luz. Una estrategia que, por supuesto, no es nueva y que ya han aplicado a principios de verano.

Cuando el presidente del Gobierno se lanzó a dar los indultos a los líderes del procés, Moncloa se puso manos a la obra para lanzar otros globos sonda y otras noticias que paliaran las consecuencias mediáticas de no solo ir en contra de una sentencia, sino de ir en contra de las recomendaciones del Tribunal Supremo. Entonces, el Gobierno anunció el fin del uso de mascarillas en exteriores y con el paso del tiempo la erosión y los ataques al presidente parecieron disminuir considerablemente. Pero mientras que acabaron con el problema de los indultos, la luz venía pisando fuerte desde hacía meses.

Ahora, el Gobierno se ve en un problema del que no sabe cómo salir. El aumento del precio de la electricidad es imparable y afecta a toda Europa. Unidas Podemos propone crear una empresa eléctrica nacional y pública, y el PSOE quitar unos cuantos puntos de IVA y de otros impuestos que afectan a al energía para controlar la subida de la factura de la luz en los hogares medios, pero nadie sabe cómo frenar el coste de una energía en la que el déficit de tarifa causa estragos en los titulares. Y mientras Transición Ecológica y Hacienda echan cuentas para intentar abaratar la factura sin disminuir demasiado la recaudación de un Estado donde la deuda está disparada, el equipo personal del presidente prepara el anuncio de dos medidas que buscará mejorar la imagen de Sánchez.

El don de la oportunidad es importante. El primer paso del presidente es aprovechar las presiones de Unidas Podemos para hacer suya una medida que solo se ha llevado a cabo gracias a la presión de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El equipo de Sánchez ha visto oportuno aprovechar la inminente subida del salario mínimo interprofesional (exigencia de Podemos) para anunciarla a finales de septiembre y así poner en la balanza alguna que otra noticia positiva que edulcore el peso de la imparable subida de la luz. Esto por un lado, porque el plato fuerte llegará en octubre, mes en el que el Gobierno espera subidas de la electricidad agresivas.

el Gobierno pasará al plato fuerte: el fin de las restricciones

Una vez se suba el salario, el Gobierno pasará al plato fuerte: el fin de las restricciones y el fin, por tanto, del uso de mascarilla. Hay países nórdicos que han decidido pasadas dos semanas tras alcanzar el 70% de la población vacunada acabar con todas las restricciones. Esto indica que España ya debería haber eliminado las restricciones, pero la idea de Sánchez es esperar al 90% de la población vacunada para evitar sorpresas inesperadas. Sea como sea, el Gobierno maneja varias fechas del mes que viene en las que anunciar el fin definitivo de las restricciones y, por tanto, el fin de la pandemia.

Con estos dos anuncios trufados durante los próximos 30 días, el equipo dirigido por López espera contener la erosión constante que sufre el presidente y, sobretodo, mejorar en las encuestas.

LA COMUNIDAD DE MADRID, EL ENEMIGO

El único balance que tiene que hacer el Gobierno es si las buenas noticias que han programado tendrán el efecto deseado de cara a la población. El enemigo principal en este sentido es la Comunidad de Madrid, la autonomía que siempre se ha adelantado a los anuncios del presidente. Si hay alguna comunidad autónoma que se ha mantenido firme a sus principios y que no ha lastrado su economía ha sido la de la capital. Y el problema es que Sánchez y los suyos saben que la Comunidad de Madrid anunciará antes que ellos el fin el uso de mascarilla en interiores, algo que podría eclipsar el mensaje del presidente del Gobierno.

Mientras que Sánchez maneja fechas que pasan de 30 días vista, la Comunidad ya habla de finales de septiembre como la fecha clave en la que anunciar el fin del uso de mascarilla en interiores (aunque no en todos). Respecto al salario mínimo, Ayuso poco puede hacer, pero en referencia al plato fuerte del Ejecutivo, si es fina puede aguar la fiesta de Sánchez.