La guerra interna del Partido Popular se aplaza a 2023

El Partido Popular ha aplazado oficialmente la guerra interna hasta despuĂ©s de las elecciones generales. La convenciĂ³n nacional del PP ha sido Ăºtil para Pablo Casado. Toda una semana de eventos, puestas en escena con temas de Imagine Dragons y discursos polĂ­ticos encendidos por toda la plana popular ha valido la pena tan solo por una frase la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel DĂ­az Ayuso. El entorno de la dirigente popular ha decidido hacer pĂºblico que no tienen ninguna intenciĂ³n, de momento, de asaltar la presidencia del Partido Popular a nivel nacional. Lo ha hecho porque derrocar a Casado antes de las elecciones y con las encuestas de cara es un «mal negocio» que no «llevarĂ­a a nada», tal y como aseguran fuentes del PP. De momento, Ayuso se mantendrĂ¡ al margen de esa guerra hasta que se celebren las elecciones generales en 2023. DespuĂ©s, si Casado no llega a la Moncloa, la guerra volverĂ¡.

«Tengo meridianamente claro dĂ³nde estĂ¡ mi sitio». Y ese sitio es Madrid. Esta frase fue recibida por toda la plana popular, senadores incluidos, acompañada de una fuerte sensaciĂ³n de alivio. La tensiĂ³n durante la convenciĂ³n nacional se palpĂ³ en todo momento hasta que Ayuso hizo pĂºblica su no intenciĂ³n de competir directamente con Casado por arrebatarle la presidencia del partido. Sin embargo, no todos sabĂ­an que simplemente se tratĂ³ de una decisiĂ³n del equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid que ya estaba tomada desde antes incluso de que los medios se hicieran eco de esta guerra interna. Intentar arrebatar la presidencia del Partido Popular a Casado antes de las elecciones es una batalla perdida. Y mĂ¡s con las encuestas de cara. El momento llegarĂ¡ si el actual candidato popular no consigue llegar a la Moncloa. 

«Tengo meridianamente claro dĂ³nde estĂ¡ mi sitio»

El equipo de gobierno de la Comunidad de Madrid nunca tuvo intenciĂ³n de abrir una guerra interna pĂºblica contra Casado. No ahora. En GĂ©nova saben perfectamente que el candidato tiene una empresa difĂ­cil. No le vale tan solo con ganar las elecciones, algo que probablemente harĂ¡, tal y como se refleja en las Ăºltimas encuestas realizadas a excepciĂ³n del CIS de Tezanos. Si Casado quiere conservar la presidencia del Partido Popular tiene que ganar la Moncloa. El haber cosechado los peores resultados de la historia del PP sumado a que su liderazgo estĂ¡ cuestionado desde el minuto uno en que llegĂ³ a la presidencia del partido le ha dejado en una situaciĂ³n comprometida. Casado tiene que ganar la Moncloa. Y si no lo hace, la guerra interna se reabrirĂ¡ con fuerza porque la gran mayorĂ­a de los dirigentes en GĂ©nova consideran que  hay muchos candidatos que son mejores que el actual.

El momento de Ayuso no ha llegado. La paciencia es una virtud que ahora el equipo de la presidenta de la Comunidad de Madrid quiere explotar. Abrir ahora una batalla contra Casado tiene poco sentido dado que ningĂºn otro barĂ³n se inclinarĂ­a por apoyar a Ayuso. Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de AndalucĂ­a, Alberto NĂºĂ±ez Feijoo, presidente de Galicia o JosĂ© Luis MartĂ­nez Almeida, alcalde de Madrid, ahora no quieren posicionarse en una guerra interna. No saben si les caerĂ¡ un ministerio o si tendrĂ¡n que postularse como candidatos para sustituir a Casado. Pero sea como sea, el terreno no estĂ¡ abonado para dar un paso al frente por hacerse con la candidatura a las elecciones generales.

Ayuso solo darĂ¡ un paso al frente en el caso de que Casado no consiga sumar para entrar en la Moncloa. Y no las tiene todas consigo. Su relaciĂ³n con Vox no es buena. De hecho, el presidente del partido de extrema derecha lleva prĂ¡cticamente un año sin mantener una conversaciĂ³n con un Casado que depende de Ă©l para poder gobernar. A esto hay que sumarle que el hecho de depender de Vox para entrar en la Moncloa significa no tener cintura para conseguir el apoyo de terceras formaciones. Nadie en todo el arco parlamentario, a excepciĂ³n del PP, estĂ¡ dispuesto a pactar con Vox. Y esto reduce aĂºn mĂ¡s las expectativas de un Casado que solo suma en algunas encuestas.

Isabel DĂ­az Ayuso, aĂºn asĂ­, no es la Ăºnica con pretensiones al trono. SĂ­ la que tiene mĂ¡s posibilidades dado que el nuevo horizonte del PP que auguran las encuestas se lo dio la victoria arrasadora de Ayuso en Madrid. El entorno de Feijoo tambiĂ©n asegura que el presidente gallego tiene intenciĂ³n de lanzarse a por la presidencia del PP nacional. El problema es que, de hacerlo, lo harĂ¡ solo si tiene muy claro que saldrĂ¡ victorioso en las primarias. De hecho, en torno a la candidatura hipotĂ©tica de Feijoo se situarĂ­an otros pesos pesados del partido como Almeida o Moreno Bonilla. El problema es que este equipo quiere mantenerse bajo el radar por si suena la flauta y Casado llega a la Moncloa. Entonces, la idea es que les llueva un ministerio.

Casado, por lo menos, ha conseguido presentarse a estas elecciones con un partido aparentemente unido. Nadie le disputarĂ¡ abiertamente su liderazgo «estĂ©ril» (tal y como lo definen fuentes del PP) hasta que se celebren los comicios en 2023, si todo sale como tiene que salir. DespuĂ©s de esto, Casado sabe que no tendrĂ¡ mĂ¡s oportunidades. O es presidente del Gobierno en un par de años o perderĂ¡ toda credibilidad y validez de cara a los suyos y ya no habrĂ¡ convenciĂ³n nacional ni tema de Imagine Dragons que le salve de la guerra interna y de la exigencia de cabezas polĂ­ticas por los malos resultados.

Â