El Gobierno quiere que las entidades de crédito mantengan la titularidad de los negocios de los montes de piedad de las fundaciones bancarias aunque estas fundaciones pierdan el control sobre dichas entidades.
Así consta en una de las enmiendas registradas por los grupos del Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos, al proyecto de ley de trasposición de directivas europeas en materia de entidades de crédito, competencia y prevención del blanqueo de capitales.
Tras ser convalidado en mayo, el decreto se quedó en el Congreso para su tramitación como proyecto de ley. Ahora, el Gobierno ha aprovechado para proponer cambios e introducir varias enmiendas a la ley de cajas de ahorros y fundaciones bancarias.
Los montes de piedad son organizaciones no lucrativas que ofrecen a los consumidores un crédito a cambio de depositar joyas como garantía. Si el cliente no devuelve el crédito, los montes de piedad sacan las joyas a subasta pública y destinan el importe de la adjudicación al pago de la deuda existente, mientras que el beneficio restante se devuelve al propietario de las joyas.
Los montes de piedad están integrados en las fundaciones bancarias y los beneficios que generan con su actividad se destinan a obra y acción social.
La ley 26/2013, de 27 de diciembre, de cajas de ahorros y fundaciones bancarias, establece que los montes de piedad podrán adscribirse a la obra social de las cajas de ahorros, a las fundaciones bancarias o a las entidades de crédito controladas por las fundaciones.
Esto supone que, cuando las fundaciones dejan de ostentar el control de las entidades de crédito en las que participan, estas deben traspasarles el negocio de monte de piedad.
En este escenario, muchas fundaciones bancarias han reducido su participación hasta perder el control de las entidades de crédito, lo que motiva que las entidades pierdan la titularidad de los montes de piedad y los traspasen a las fundaciones.
Sin embargo, los grupos del Gobierno han considerado conveniente eliminar esta limitación, debido a que la actividad de los montes de piedad «guarda clara similitud con la actividad crediticia», en la medida que implica una evaluación de riesgos. Además, recuerdan que la propia ley tiene el objetivo de desconsolidar la actividad crediticia de la fundación.
Por ello, el Ejecutivo ha registrado una enmienda para modificar el artículo que determina que los montes de piedad podrán adscribirse a las entidades de crédito «controladas por las fundaciones», sustituyendo el término «controladas» por «participadas».
Esta enmienda deberá discutirse en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital de la Cámara Baja. De obtener el respaldo del Congreso, las entidades de crédito mantendrán la titularidad de los negocios de montes de piedad cuando las fundaciones pasen a tener sobre ellas una participación de no control.