España se encuentra entre los países de la Unión Europea que más lento están absorbiendo los fondos estructurales asignados para el periodo comprendido entre 2014 y 2020, el último marco presupuestario del bloque, según el informe anual de ejecución publicado este martes por el Tribunal de Cuentas Europeo.
El informe de los auditores europeos señala que España había absorbido a cierre del pasado año 22.100 millones de euros en fondos estructurales, un 45% de los recursos presupuestados para el país para esos siete años. Croacia tiene el mismo porcentaje, mientras que Italia es el socio más rezagado con un 44% del dinero asignado.
El estudio del Tribunal de Cuentas Europeo remarca, en este sentido, las «considerables diferencias» que existen entre los Estados miembros en cuanto a la absorción de fondos europeos: en contraste con los tres más atrasados, Finlandia ha ejecutado ya el 79% de los fondos que le correspondían para el periodo 2014-2020.
A nivel global, quedan por absorber todavía casi 209.000 millones de euros, un 45% de todos los fondos estructurales y de inversión previstos para ese periodo de siete años. No obstante, los Veintisiete pueden seguir recibiendo fondos de ese marco ya superado durante los próximos tres años, por lo que no se trata de dinero perdido.
Si además de los fondos estructurales y de inversión se tienen en cuenta otros programas y partidas de gasto de la UE, la cantidad que queda todavía por gastar del presupuesto comunitario 2014-2020 supera los 303.000 millones y el ritmo de absorción es precisamente una de las preocupaciones recogidas en el informe de los auditores europeos.
«En los próximos siete años, el gasto de la UE será considerablemente superior al del anterior período de programación. Los 27 Estados miembros acordaron un programa de recuperación de la UE tras la COVID-19 que se financiará con la emisión de deuda pública. Esta decisión representa un cambio importante en las finanzas de la UE, que, obviamente, requerirá controles eficaces para comprobar cómo se gasta el dinero de la UE y si se obtienen los resultados previstos», ha destacado el presidente del Tribunal de Cuentas Europeo, Klaus-Heiner Lehne.
Con respecto a la ejecución del presupuesto de 2020, el informe subraya que, a pesar de que las cuentas presentan una «imagen fiel» y se consideró que no hubo problemas con respecto a los ingresos, los pagos siguen afectados por «demasiados errores». En consecuencia, los auditores han emitido una opinión desfavorable por segundo año consecutivo.
Así, el nivel general de irregularidades en el gasto de la UE se mantuvo estable en 2020 con el 2,7%, el mismo porcentaje que en 2019. En el ejercicio del pasado año se consideraba también que más de la mitad del gasto auditado era considerado como «gasto de alto riesgo» (un 59%).
Además, el documento de los auditores europeos recoge que en 2020 se notificaron seis casos de presunto fraude a raíz del trabajo de supervisión de las cuentas, tres menos que en 2019. La Oficina Europa de Lucha contra el Fraude (OLAF) inició investigaciones en todos ellos.