Francisco Bastida verĂ­a «razonable» cobrar a los ‘negacionistas’ si ingresan por COVID-19

El catedrĂ¡tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo Francisco Bastida considera que la actitud de personas que, por sus ideas o creencias, no quieren vacunarse contra la COVID-19, los conocidos como ‘negacionistas’, no ha de poner en peligro la vida o la integridad fĂ­sica de los demĂ¡s. Bastida plantea que «entrarĂ­a dentro de lo razonable» exigir a un ‘negacionista’, en las actuales circunstancias de pandemia y de presiĂ³n hospitalaria, el pago a la Seguridad Social por la atenciĂ³n mĂ©dica recibida si es que ha tenido que ser ingresado por contraer la COVID-19.

«Si uno quiere escalar una montaña sin el equipo adecuado y con previas advertencias del riesgo que corre y luego se cae, el helicĂ³ptero de rescate no tiene por quĂ© salirle gratis, o sea, pagado por todos los demĂ¡s; el Estado no puede ser un seguro universal y menos para gente irresponsable», ha argumentado el experto en Derecho.

A juicio de Francisco Bastida, en el momento de que hay evidencia cientĂ­fica de que la vacuna frena drĂ¡sticamente el virus SaRS-CoV-2, negarse a poner la vacuna es un gesto de «insolidaridad manifiesta».

Con la pandemia de COVID-19 un genĂ©rico y abstracto derecho a la salud no es lo que estĂ¡ en juego, es algo mĂ¡s preciso, añade. «Estamos hablando de derechos especĂ­ficos, del derecho a la vida y del derecho a la integridad fĂ­sica de las personas», ha comentado.

AsĂ­, si bien un estado democrĂ¡tico ha de respetar en la medida de lo posible la decisiĂ³n de unas personas que en base a sus ideas o creencias no quieran vacunarse, tambiĂ©n tiene todo el derecho a imponer, si fuera necesario, a los no vacunados las restricciones que se consideren indispensables «para preservar la vida o la integridad fĂ­sica de los demĂ¡s». Es en este contexto, donde estĂ¡ justificado y tiene encaje legal el certificado covid.

El certificado covid, tambiĂ©n conocido como ‘green pass’, es el documento que permite viajar entre paĂ­ses de la UniĂ³n Europea acreditando que una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, se ha recuperado de la enfermedad o tiene una prueba negativa en las Ăºltimas 48/72 horas. Son varias las comunidades autĂ³nomas que han implantado la exigencia del certificado en lugares como establecimientos hosteleros o gimnasios. En Asturias, de momento no se ha implantado tal medida, si bien las autoridades no la descartan en el caso de que los indicadores empeoren.

VACUNACIĂ“N OBLIGATORIA

Incluso encajarĂ­a en la ConstituciĂ³n Española, ha dicho Francisco Bastida, imponer la obligaciĂ³n de vacunarse. No obstante, eso serĂ­a ya el Â«Ăºltimo recurso» y no estĂ¡ justificado con las actuales porcentajes de vacunaciĂ³n y de presiĂ³n hospitalaria. «Creo que medidas como el pasaporte covid son suficientemente disuasorias para inducir a la vacunaciĂ³n de los que aĂºn no lo han hecho pudiendo hacerlo», ha considerado.

A juicio de Bastida, los ‘negacionistas’ y los ‘antivacunas’ son personas que, ejerciendo su opciĂ³n y su libertad, perjudican a los demĂ¡s.» No son como el testigo de JehovĂ¡ que, en razĂ³n de sus creencias, se niega a hacerse una transfusiĂ³n de sangre. La decisiĂ³n de los antivacunas y negacionistas de la Covid repercute en los demĂ¡s», sostiene el catedrĂ¡tico de Derecho Constitucional.

«La libertad de uno no es que acabe donde comienza la libertad de los demĂ¡s, pero ha de restringirse en la medida en que su ejercicio se convierta en incompatible con los derechos de los demĂ¡s, sobre todo cuando son tan bĂ¡sicos como el derecho a la vida y a la integridad fĂ­sica», ha subrayado.

INSOLIDARIDAD

Las personas que no se vacunan, añade Bastida, estĂ¡n ejerciendo su opciĂ³n gracias a que la mayorĂ­a se ha vacunado. Incluso no soportan restricciones en casos como el de Asturias, donde el porcentaje de vacunaciĂ³n es muy alto. Por ello Bastida considera que lo que hacen esas personas no vacunadas puede calificarse mĂ¡s de «insolidaridad» que de «libertad».

El certificado covid obliga a desvelar un dato personal, que pertenece a la intimidad de la persona, admite Bastida, que considera que en «circunstancias normales» obligar a la gente a presentarlo serĂ­a inconstitucional. Sin embargo, ha explicado que «cuando no solo estĂ¡ en juego el derecho a la intimidad de uno, sino tambiĂ©n el derecho a la integridad fĂ­sica de las demĂ¡s personas, la cosa cambia».

Por ello, concluye que si los datos avalan que en espacios cerrados y sin mascarilla, como restaurantes por ejemplo, los no vacunados ponen en alto riesgo la salud de los demĂ¡s, la exigencia del pasaporte covid es una «limitaciĂ³n justificada» al derecho a la intimidad.

La implantaciĂ³n de ese certificado covid en diferentes comunidades autĂ³nomas del paĂ­s estĂ¡ viniendo acompañada de noticias de los diferentes tribunales superiores, que en algunos lugares avalan la medida y en otros lo rechazan. Preguntado por esta circunstancia, Bastida ha tildado de «error» que una decisiĂ³n de ese tipo sea competencia de los tribunales, que estĂ¡n «para resolver casos concretos de aplicaciĂ³n de la ley y no para autorizar actuaciones generales».

Recuerda ademĂ¡s Francisco Bastida que en este caso los datos cientĂ­ficos y estadĂ­sticos estĂ¡n en posesiĂ³n del Gobierno y de su AdministraciĂ³n, no de los tribunales. Por estas razones considera que no deberĂ­a existir ese control preventivo de autorizaciĂ³n judicial.