Almudena Grandes será nombrada Hija Predilecta de Madrid a título póstumo tras aprobarse en comisión de Cultura

La comisión de Cultura del Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde este martes al nombramiento de la escritora Almudena Grandes como Hija Predilecta de Madrid a título póstumo. Todos los grupos municipales han votado a favor salvo Vox, que se ha abstenido.

La propuesta pasará al Pleno de final de mes. El área, capitaneada por Andrea Levy (PP) ya explicó que la intención había sido que el reconocimiento hubiera llegado antes pero el descanso navideño retrasó las previsiones.

El homenaje a la escritora madrileña fue uno de los acuerdos alcanzados entre el Grupo Mixto y el Gobierno municipal para apoyar los presupuestos de 2022, con independencia de que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, declarara que Grandes «no merecía» ese reconocimiento, aunque añadiera que «al margen de esas cosas lamentables que escribió fue una persona que ha leído mucha gente, con premios literarios y vinculada a Madrid».

Andrea Levy contestaba que en ningún caso estaba en duda la valía literaria de Almudena Grandes pero que había llegar a un acuerdo sobre su condecoración con los diferentes grupos municipales.

El Pleno del Ayuntamiento acordó que se le concediera una calle a la escritora y que se hiciera a lo largo de este 2022 un homenaje su obra literaria.

CHAMBERILERA DE CORAZÓN

La escritora, Premio Nacional de Narrativa 2018, siempre presumió de las bondades de la capital y puso en valor las virtudes de la Villa y Corte, una protagonista más en todas sus novelas.

La plaza de la Guardia de Corps, la calle Moreto, la plaza de Castilla o el cementerio de la Almudena son algunos de los emplazamientos madrileños que situó en los mapas de sus novelas. «Si marcara en un plano de la ciudad todas las casas en las que he vivido, el resultado sería un círculo casi perfecto. Ahora vivo en la calle de Larra, en el mismo barrio donde se instaló mi bisabuelo al llegar a Madrid», explicaba sobre sus raíces.

«Cuando era pequeña, lo que más me gustaba del mundo era venir con mi madre de compras al Centro. Vivía al lado de la glorieta de Bilbao, mis abuelos paternos en la calle de Fuencarral, los paternos en Lope de Vega, enfrente de las Trinitarias… toda mi vida transcurría en el distrito Centro, pero para mí el centro era un cogollo con la Puerta del Sol, calle Mayor, la calle Arenal, Gran Vía y Plaza Mayor», relató.

Fue en 2018, durante la lectura del pregón de las fiestas de San Isidro, donde Grandes, casada con el poeta Luis García Montero, dejó patente su amor y defensa de la ciudad de Madrid con la lectura de un claro homenaje a la ciudad que la vio nacer, crecer y convertirse en escritora.

«Como un hada madrina populachera y generosa, Madrid hace a sus hijos dos regalos en el instante de su nacimiento. Uno es el agua, la incomparable delicia de beber directamente del grifo. El otro es el anonimato. Porque en esta villa plebeya, que se enorgullece de su condición tanto o más que otras de sus viejos y aristocráticos blasones, nadie es más que nadie», comenzaba Grandes desde el balcón de la Casa de la Villa, en la plaza homónima.

Grandes describió a Madrid como «un caos misteriosamente ordenado, la Villa que se ha fundado a sí misma a espaldas de Palacio, y que no es distinguida, ni falta que le hace» y lamentaba a continuación que «Madrid es una ciudad que se quiere poco, mucho menos de lo que debería».

Destacó durante la lectura del pregón que «es una ciudad muy hermosa, una urbe inmensa, con grandes edificios, con amplias avenidas, con parques antiguos y muchísimos árboles, y sin embargo, se sigue escuchando a diario las célebres tonterías del secarral y del poblachón manchego».

«Todos los días alguien se burla del Manzanares porque no entiende nada. Que el verdadero río de Madrid es La Castellana. Que su virtud suprema es la velocidad. Que su patrimonio más valioso es su espíritu de resistente, la feroz determinación con la que se aferra a la vida hasta en los momentos peores, que los hemos tenido, y han sido muchos, y muy malos», explicó a los allí congregados.

«Capital del dolor, capital de la gloria, esta es la ciudad que nunca se detiene, una superviviente capaz de renacer una y otra vez de sus propias cenizas», manifestó.