Plus Ultra sigue vendiendo billetes pese a que tiene más de 600 reclamaciones por resolver

Atreverse a comprar un pasaje aéreo para volar con la aerolínea de capital venezolano Plus Ultra es, definitivamente, un acto de fe, pues la compañía aérea sigue ofreciendo boletos con destino a Caracas, Lima, Bogotá y República Dominicana, a pesar de que todavía tiene más de 600 reclamaciones por resolver en España, según el más reciente informe de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Esto , pese al polémico rescate económico, que inyectó 53 millones de euros a las arcas de la compañía, por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales.

El año pasado la polémica aerolínea dejó varadas, en reiteradas oportunidades, a personas que compraban sus boletos, con la esperanza de regresar a Venezuela, tras la pandemia generada por la Covid19, supuestamente con el alegato de que eran las autoridades del Instituto de Aeronáutica Civil (INAC) del país suramericano los que suspendían los permisos para que se realizaran los vuelos. Aun así, Plus Ultra se dedicó a vender boletos, sin control, y sin dar la cara a los afectados, quienes eran notificados de la cancelación de los vuelos apenas un par de horas antes de la salida.

Los pasajeros llegaron a quedar vararos en el aeropuerto de Barajas durante varios días, pues nadie de la aerolínea les ofrecía información de lo que sucedía, en pleno verano. Algunas de las personas que resultaron afectadas en aquel momento ni siquiera eran residentes españoles, sino que venían de Italia, Francia y Portugal, y pretendían utilizar la aerolínea para hacer el puente entre Europa y Venezuela.

Plus Ultra también ha sido utilizada como aerolínea de apoyo a la línea aérea estatal venezolana Conviasa, prestando sus aviones para trasladar pasajeros desde Caracas a Madrid.

En informe de la AESA indica que, en total, fueron 605 las reclamaciones presentadas contra Plus Ultra, que según los registros, en 2021 transportaron a 35.044 pasajeros, lo que la convirtió en la única aerolínea, de las autorizadas a operar en España, cuyo porcentaje de reclamaciones por pasajero supero, de largo, el 1 %, demostrando, una vez más, que no es precisamente el negocio más prospero y menos el más confiable.

Todos los escándalos en los que se ha visto envuelta la aerolínea, al final han repercutido en la calidad del servicio que prestan a quienes se atreven a comprar boletos, con la esperanza de poder volar desde España a los destinos de América Latina que ofrece, con los dos aviones que cuenta.

La opacidad con la que opera esta aerolínea es directamente relacionada con las conexiones con el régimen venezolano y la relación de sus accionistas con altos funcionarios de la dictadura de Nicolás Maduro.

Tan poco confían las autoridades españolas en la operatividad de Plus Ultra, que desde la Audiencia Provincial de Madrid la jueza Esperanza Collazo, titular del Juzgado Central de Instrucciones número 15 (la misma que investigó la presunta malversación de fondos por el rescate que aprobó el Gobierno) ordenó a la aerolínea que todos los meses debe hacer la consignación de los flujos de caja, a través se la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, con la intención de ver de qué manera se iban a invertir los recursos aportados.

El rescate a esta aerolínea fue aprobado por el Consejo de Ministros el 3 de marzo de 2021, como parte del plan del Gobierno de Pedro Sánchez para ayudar a las empresas que se vieron afectadas tras la crisis generada por la Covid19. Se aprobó que en primer lugar se le daría un préstamo ordinario de 19 millones de euros y otros 34 millones de euros pagaderos en forma de un préstamo participativo. El primer desembolso se hizo a principios del año pasado y posteriormente, en julio de 2021 la compañía suplicó que le fuera concedido el resto de la ayuda, para poder cumplir con los compromisos de pago, pues la jueza Collazo había ordenado suspender la ayuda.

No fue sino hasta agosto de 2021 que finalmente la aerolínea venezolana vinculada con el chavismo vio luz al final de túnel y recibieron los 34 millones de euros restantes para el rescate, que desde luego, no representa una compañía del todo confiable, pues toda su operatividad está en entredicho, debido a sus nexos con el chavismo.

Por otro lado, habrá que ver si las cifras de reclamaciones son verdaderamente las que menciona la AESA y no más, porque dentro del mundo de la aeronáutica nacional es bien conocido que la AESA no es precisamente de las instituciones más eficientes que hay, pues se dice que allí van a parar aquellos trabajadores de Barajas que ya no tienen mucho más que aportar como controladores aéreos y que los mandan como una especie de «retiro», pues allí no tienen mayores responsabilidades.