Pedro Sánchez usará 15.000 millones de euros que no tiene para salvar su candidatura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha utilizado el debate del estado de la nación para anunciar las medidas que pretende sacar adelante en pleno año electoral. Se ha hablado de una serie de impuestos a las energéticas, a los bancos y de medidas que tocarán a las petroleras, además de alguna ayuda que otra a la clase trabajadora. Pero sobretodo, el Gobierno espera que lleguen 15.000 millones de euros de Europa que no tiene para lanzar su campaña de ayudas sociales de cara a las elecciones. Para el PSOE, tal y como cuentan fuentes de Ferraz, es fundamental contar con este dinero para amortiguar el golpe electoral que se darán en las autonómicas y municipales y con el que ya cuentan. Pero lo cierto es que Pedro Sánchez no tiene las cuentas bien cuadradas. 

El presidente del Ejecutivo lo ha asegurado en el debate del estado de la nación: espera que «se pueda aprobar el Real Decreto Ley de 15.000 millones de euros con las medidas que hemos puesto en marcha a nivel europeo». El problema es que ese dinero con el cuenta el presidente del Gobierno para presentarse a las elecciones no está por ningún lado y se basa, según cuentan fuentes del PSOE, en la premisa de que conseguirán recibir la partida de los fondos covid antes de que se celebren los comicios. Este dinero está centrado en paliar las consecuencias de la elevada inflación, que ya está disparada al 10,2% y que se ha convertido en la prima de riesgo de Sánchez. Con 15.000 millones de euros, el Gobierno prevé que puede maquillar las cuentas. El bonificar el abono transportes para Renfe y Cercanías, la ayuda al combustible u otras ayudas sociales que se dejarán caer en los próximos días son algunas de las medidas que se sufragarán con ese dinero que va a crédito.

Estas mismas fuentes insisten en que el impuesto a los bancos y a las energéticas también se basa en esta misma premisa. El Gobierno, pese a que ha disparado sus ingresos vía impuestos, está necesitado de liquidez para tomar medidas de efecto que den un giro de 180 grados a la tendencia electoral. El propósito de estos impuestos que se les ha colocado a estos sectores prevé, según las cuentas del PSOE, recaudar 7.000 millones de euros en dos años. Desde la oposición insisten en que este tipo de anuncios no ayudan en nada porque las energéticas y los bancos trasladan la carga impositiva a los clientes, pero en el PSOE están convencidos de que esto engrosará sus cuentas para lanzar medidas que salven la debacle electoral que acecha al presidente del Gobierno. Pero aún tiene más de un año para cambiar las cosas. 

Hablamos de bajar el IVA de la electricidad del 10% al 5%. Hablamos de la ayuda de 0,20 euros el litro al carburante, tanto a la gasolina como al diésel. Hablamos también de la bonificación total de los abonos transporte para Renfe y Cercanías. Y también de otras medidas que prevén rebajar ese 10,2% de inflación a la mitad, como poco. «El presidente del Gobierno sabe que si se presenta con esa inflación a las elecciones, perderá», aseguran desde Ferraz. La idea es contar con un dinero de los fondos europeos que no llega, que se estanca y que llegará con cuentagotas, según fuentes del Gobierno. Pero es el agua de mayo que esperan los socialistas y que les dará la excusa para seguir adelante con sus medidas sin cargar más ese 120% del PIB de deuda que pesa sobre los españoles.

El PSOE esgrime ese argumento en todo momento. Cuando se pregunta en sede socialista sobre las malas encuestas, siempre la respuesta es la misma: «empezarán a llover pronto los millones de Europa y la cosa cambiará». El problema es que el tiempo pasa y ese dinero no llega. Que haya tomado la medida de meter mano a empresas como Iberdrola o Endesa y a los bancos tiene que ver con la necesidad de tener, al menos, un cuarto de ese dinero que espera de la UE. Los más escépticos del PSOE tienen claro que esos millones no llegarán de golpe, sino que serán paulatinos y vendrán con muchas condiciones. Pero Pedro Sánchez ya se ha encomendado a los millones para salvar su figura. Aunque él ya tiene puesto el ojo en Europa.