Las albóndigas de morcilla que tienen más sabor que las de carne

Es ver un plato de albóndigas y empezar a salivar como si fuera un labrador. Un plato de los de toda la vida, con años de tradición y con un sabor inigualable sin necesidad de añadir ingredientes exóticos o especias de otros países. Sin embargo, es una elaboración que puede acabar siendo repetitiva y acabemos aborreciendo este plato. Para que no te pase eso, te vamos a enseñar una receta de albóndigas en la que vamos a sustituir la carne picada, por una buena morcilla de Burgos.

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CUARTO PASO: HACER LA SALSA DE PIMIENTOS

Cuando veamos que los trozos de morcilla están bien dorados los retiramos de la sartén y los pasamos a un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Mientras están reposando, vamos a aprovechar para preparar la salsa de pimientos que acompaña a estas albóndigas. Cogemos los ajos y la cebolla, retiramos la piel de ambas verduras y picamos finamente en trozos de uno o dos milímetros de grosor. Acto seguido, los pasamos a una sartén con un chorro de aceite y un poco de sal y pimienta.