Existe la creencia popular de que la cerveza engorda. ¿Quién no ha oído hablar de la «barriga cervecera»? Sin embargo, se trata de un falso mito. El problema, según apuntan los expertos, son los aperitivos con los que se acompaña la cerveza: fritos, patatas, etc.Teniendo en cuenta las calorías que tiene la cerveza, que pueden oscilar ligeramente dependiendo del tipo de bebida del que se trate: cerveza rubia, negra, artesana… Se puede decir que no estamos ante una bebida de alto contenido calórico.
Hay que tener en cuenta, también, que las calorías de la cerveza no afectan a todos por igual. En realidad, es simple: si no quieres que la cerveza engorde, hay que encontrar el equilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas.