Ángel Cristo Jr. revela su estrategia en Supervivientes: «Me encanta ser el villano»

Ángel Cristo Jr. se ha convertido en el centro de todas las miradas en la última edición de «Supervivientes». Desde el inicio del reality, ha estado involucrado en múltiples conflictos, convirtiéndose en un personaje polarizante tanto para sus compañeros como para la audiencia. Lo que comenzó con enfrentamientos con Carmen Borrego en la fase de preconvivencia, rápidamente escaló a disputas con otros concursantes como Aurah, Mario González, y más recientemente con Marieta y Miri. Este último incidente, especialmente después de sus polémicas declaraciones el pasado domingo, ha llevado a una ruptura con su equipo, quienes hasta entonces habían mantenido una buena relación con él.

La situación llegó a un punto crítico cuando Gorka, uno de los concursantes con los que Ángel había mantenido una buena sintonía, declaró públicamente que ya no le daría más oportunidades. «Yo le he dado muchas oportunidades pero esto ha sido la gota que ha colmado el vaso. Para mí se ha terminado todo», expresó Gorka tras una intensa discusión sobre la recolección de leña. A pesar de las adversidades y la creciente animosidad, Ángel Cristo Jr. ha adoptado su papel de antagonista con una sonrisa, declarando: «Me encanta ser el villano de Supervivientes». Esta actitud desafiante promete seguir generando controversia y drama en las próximas semanas del programa.

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Escalada de la disputa y decisión drástica de Ángel Cristo

La tensión se intensificaba cuando Gorka, incapaz de contener su frustración, elevaba la voz en un claro signo de irritación, a lo que Ángel respondía con una calma provocadora: «Vete a gritar a otra persona». En ese momento, Gorka decidía retirarse, y Miri se unía al reproche hacia Ángel, quien simplemente contestaba: «Ya te contestaré cuando toque».

La situación alcanzaba su punto álgido minutos más tarde alrededor del fuego, donde todos los concursantes se reunían para calentarse y cocinar. Ahí, el hijo del famoso domador de leones tomaba una decisión radical y anunciaba ante todos: «Me desvinculo de todo lo que tenga que ver con el fuego: ni el turno de fuego, ni buscar leña ni comer nada caliente». Esta drástica medida dejaba en claro que las fricciones en el campamento eran más profundas de lo que parecían, presagiando futuros conflictos y quizás, estrategias de supervivencia individualistas dentro del grupo.