Kindelán (AEB) aboga por regular el equilibrio entre crecimiento y competitividad en Europa

La Unión Europea se encuentra en un momento crucial tras las recientes elecciones del pasado mes de junio. Este nuevo ciclo político abre la puerta a importantes cambios en la regulación bancaria, un tema que ha cobrado especial relevancia en los últimos tiempos. La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha aprovechado este contexto para hacer un llamamiento a favor de una normativa bancaria que priorice el crecimiento y la competitividad.

En un escenario marcado por la incertidumbre geopolítica y la necesidad de afrontar inversiones multimillonarias, el sector bancario se perfila como un actor fundamental en la financiación de las transiciones ecológica y digital. Además, su papel será crucial en otras áreas identificadas como prioritarias por la UE, como la defensa, la tecnología, la autonomía estratégica y la seguridad económica. Con una representación de entre el 70% y el 75% de la financiación en Europa, los bancos se posicionan como pilares esenciales para el futuro económico del continente.

La necesidad de una regulación bancaria enfocada al crecimiento

La presidenta de la AEB ha subrayado la importancia de ir más allá en materia regulatoria, buscando un enfoque más equilibrado entre la estabilidad financiera y el crecimiento. Kindelán argumenta que la situación actual dista mucho de la gran crisis de 2012, y que Europa necesita ahora, más que nunca, crecer y competir a nivel global. En este sentido, aboga por mandatos más amplios que incluyan dimensiones como el crecimiento, la competitividad y la eficiencia.

Esta visión más pragmática se alinea con las prácticas de otros organismos internacionales. Por ejemplo, la Comisión de Bolsa y Valores americana (SEC) incluye la formación de capital entre sus consideraciones. Kindelán sugiere que Europa podría beneficiarse de adoptar un enfoque similar, adaptándolo a las necesidades específicas del continente.

La presidenta de la AEB también ha hecho hincapié en la necesidad de una visión holística de todos los requisitos y mandatos normativos. Propone la creación de un organismo que evalúe la capacidad del sector bancario de la eurozona para atender las enormes necesidades de la economía, su habilidad para competir con actores internacionales, atraer inversiones de forma sostenida y apoyar a la economía en su crítica coyuntura actual.

Avanzar hacia la unión bancaria y de mercados de capitales

Otra de las prioridades señaladas por Kindelán es la necesidad de completar la unión bancaria y avanzar en la unión de los mercados de capitales. En particular, destaca la importancia de establecer un mecanismo único de garantía de depósitos. Este sistema contribuiría significativamente a poner fin a la fragmentación del mercado bancario europeo.

La implementación de este mecanismo tendría múltiples beneficios. En primer lugar, garantizaría un nivel uniforme de protección para los depositantes, independientemente de la ubicación del banco. Además, ayudaría a romper el nexo banco-soberano, un aspecto crucial para la estabilidad financiera del continente. Por último, aseguraría que las valoraciones de los bancos y los costes de financiación estén determinados por su perfil de riesgo, rentabilidad y solvencia, y no por su nacionalidad.

Kindelán enfatiza que la importancia de este fondo ha crecido exponencialmente en la última década. Si bien era importante hace diez años, ahora se ha convertido en crucial, especialmente considerando los ambiciosos objetivos de competitividad que Europa necesita alcanzar frente a potencias como Estados Unidos o China.

El reto de la digitalización y el intercambio de datos

La digitalización y la innovación son otros aspectos fundamentales que el sector bancario europeo debe abordar. María Abascal, directora general de AEB, ha participado en una mesa sobre este tema, donde ha destacado la necesidad de analizar cuidadosamente los beneficios, costes y consecuencias de las nuevas iniciativas regulatorias en este ámbito.

Abascal ha puesto de manifiesto la asimetría existente en el intercambio de datos con otros operadores y ha comentado sobre el reglamento de finanzas abiertas (FIDA). Este reglamento propone nuevas y amplias obligaciones de intercambio de datos para las instituciones financieras, lo que generará costes de cumplimiento significativos y profundizará la asimetría en el intercambio de datos respecto a otros sectores.

Ante esta situación, Abascal ha hecho un llamamiento a los responsables políticos para que establezcan un marco que garantice que el intercambio de datos se realice en igualdad de condiciones. Además, ha insistido en la necesidad de que este enfoque sea intersectorial y no se limite únicamente al sector financiero. Esta perspectiva más amplia permitiría una competencia más justa y equitativa entre todos los actores del mercado, beneficiando en última instancia a los consumidores y a la economía en su conjunto.