La caída de Domènech en Podemos Catalunya complica el futuro de Colau 

  • La dimisión de Xavier Domènech al frente de la marca catalana de Podemos ha abierto la tercera gran crisis en los comunes
  • Ada Colau ha negado cualquier tipo de divergencia interna
  • Y la reelección de la alcaldesa se complica

El portazo de Xavier Domènech ha caído como una auténtica losa en los hombros de Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona advierte con frustración como su reelección se le complica tras sufrir la tercera gran crisis de los comunes. El hasta ahora líder de Catalunya en Comú justifica su decisión a su manera: «Estoy agotado política y personalmente», explica en su carta de renuncia.

Pero este hartazgo ha pillado a contrapié a Ada Colau, que inauguró el ejercicio político en los micrófonos de RAC-1 intentando desviar el tiro sobre los rumores de divorcio político: «Lo hemos exprimido demasiado», señaló. La alcaldesa desveló que plantea darse un tiempo para buscar recambio, pero es evidente que a los comunes no les sobran nombres de postín para acompañar a la solitaria figura de Colau.

Podemos nació en la primavera de 2014 convirtiéndose en la gran revelación de las europeas tras rozar el 8% del voto a nivel estatal. Esta formación nutrida con demasiadas caras madrileñas nació de forma fría en Catalunya, donde recolectó poco más del 4% de las papeletas. Pero los morados pronto se convertirían en el envoltorio perfecto para la confluencia de una serie de colectivos sociales que se presentarían aquel verano en El Raval con el manifiesto ‘Guanyem Barcelona’ bajo el brazo.

Colau era una de las tres ponentes y la entonces presidenta de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca lideró una campaña mediática que desembocó en un sorprendente triunfo en las municipales barcelonesas con más del 25% del voto.

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Xavier Domènech participa en un mitin de En Comù Podem. Foto: Flickr

Poco durarían aquellos días de vino y rosas, porque tras el verano el calendario de 2015 marcaba en rojo unas inoportunas elecciones autonómicas que hundieron a la marca de Pablo Iglesias, Catalunya sí que es pot, por debajo de los números que habían logrado en solitario sus escuálidos socios de Iniciativa per Catalunya.

Aquel fue el primer revés electoral y el bautizo en la política autonómica catalana de Podemos, cuyo líder nacional evitó visitar Barcelona en un día que se barruntaba debacle. ¿Las razones? La beneficiosa polarización madrileña entre izquierda y derecha se convertía en una desagradable bifurcación identitaria en la Ciudad Condal.

Iglesias confesó que los números eran «altamente decepcionantes», pero pronto se repondría en las elecciones generales de la mano de Xavier Domènech, que lideró una lista que logró ser primera fuerza en Catalunya a finales de 2015 y a mediados de 2016 e Iglesias le premió con una portavocía adjunta y un beso viral en el Congreso.

LA RUPTURA QUE APROVECHÓ DOMÈNECH

Colau y Domènech parecían la pareja ideal para combinar alcaldía y Parlament, situación que llevó al diputado a regresar a Barcelona para liderar Catalunya en Comú en las elecciones del diciembre pasado y para desgracia del hasta entonces líder de Podem Catalunya, Dante Fachín, dolido por la confluencia con los comunes y por la renuncia de Iglesias a apoyar el referéndum unilateral convocado por el independentismo.

El hispano-argentino hizo trizas su carnet morado y Domènech, arrollado por la guerra de banderas, se hundió hasta los 8 diputados. Este fracaso, sin embargo, no motivó su harakiri político, ya que cuatro meses después aceptó convertirse en el secretario general de Podemos en Catalunya.

La pregunta que sobrevuela ahora es: ¿qué ha ocurrido en estos cinco meses y más concretamente este verano? Domènech y, seguramente, Colau tengan la respuesta, aunque ambos callan y a la alcaldesa se le llena el horizonte de nubarrones de cara a las municipales de mayo de 2019.