Borrell tenía previsto renunciar a su acta de eurodiputado desde antes del 26-M

  • El ministro de Exteriores ha renunciado a su acta para estar con su presidente en la investidura, según sus declaraciones.
  • Borrell pretende a ocupar el cargo de vicepresidente de la Comisión Europea en los próximos meses.
  • Este domingo se celebra una cumbre extraordinaria para buscar el consenso necesario para nombrar un presidente de la Comisión Europea.
  • El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha renunciado este miércoles a su acta de eurodiputado. Y lo ha hecho tan solo un mes después de haber ganado las elecciones europeas. El político socialista tenía previsto renunciar a su condición de europarlamentario desde el principio, según fuentes del PSOE. Incluso antes de presentarse a los comicios del 26-M. Una afirmación que ni Borrell ha negado.

    El ministro aspira a ser designado un alto cargo de la Unión Europea. Preferiblemente vicepresidente de la Comisión Europea, pero también vería con buenos ojos ser nombrado representante de la Unión para Asuntos Exteriores. Pero la dificultad para designar al nuevo presidente de la Comisión han alejado las ambiciones del político socialista. Esta es la razón por la que se ha apartado de los círculos de la Eurocámara.

    Borrell ha afirmado que la razón por la que renuncia a su acta de eurodiputado tiene que ver con su presidente, Pedro Sánchez. Las actuales circunstancias políticas, tanto en España como en Europa, han hecho pensar al presidente del Gobierno y a mí mismo que no era razonable que el puesto de ministro de Exteriores quedara vacante durante un tiempo indefinido«, ha comentado este miércoles el ministro en el Congreso. Sin embargo, fuentes socialistas apuntan a que la única aspiración de Borrell es abordar la Comisión Europea.

    No es necesario ser eurodiputado para ser nombrado un alto cargo de la Unión Europea. Pero sí ayuda ser el cabeza de lista de una candidatura con peso dentro de un grupo parlamentario de la Eurocámara. Los 20 eurodiputados que obtuvo el PSOE en los comicios han convertido al partido español en la formación con más relevancia dentro del grupo socialista (el segundo con más presencia en el Parlamento). Por ello, Josep Borrell es el político con más probabilidades de aspirar a un alto cargo de la Comisión.

    Sin embargo, la reunión que celebraron los líderes europeos el pasado 20 de junio no ha traído más que problemas. Los tres candidatos que más sonaban para presidir la Comisión (el conservador Manfred Weber, el socialista Frans Timmermans y la liberal Margrethe Vestager) han sido prácticamente descartados tras no hallar los apoyos necesarios entre los parlamentarios europeos. Ahora los parlamentarios tienen que buscar un nuevo candidato que traiga el consenso, al menos, entre tres de los grupos parlamentarios más fuertes.

    El propio Borrell ha afirmado en el Congreso que sus votantes no se habrán sorprendido por su renuncia. Que se podían imaginar que sus aspiraciones iban más allá de ser europarlamentario. Fuentes del PSOE lo confirman y reconocen que la única razón por la que animaron al ministro de Exteriores a que se presentara a las elecciones europeas era para tener un «cabeza de cartel» potente. Reconocido.

     

    La candidatura de Borrell tuvo su éxito. Logró cuatro puntos más que su presidente en las elecciones (el 32% de los votos). Y consiguió que los españoles se consolidaran como la fuerza dominante dentro del grupo socialista europeo. Por lo que la apuesta de Sánchez, de presentar una cara conocida y con suficiente peso político a los comicios europeos tuvo éxito.

    El ministro no oculta su pretensión para dar el salto de la política nacional a la europea. Puesto que el ser eurodiputado no es una condición para ser nombrado un alto cargo en la Unión Europea, Borrell se mantiene atento y disponible. Pero de no ser así, el socialista permanecerá como ministro de Asuntos Exteriores, cerrando la puerta a que nuevos nombres, como el de el exprimer ministro de Francia Manuel Valls, se hagan cargo de la cartera de Exteriores.

    OTRA NUEVA CUMBRE

    La reunión amparada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk de la semana pasada por la que se mostraba “cautelosamente optimista” no tuvo buenos resultados. Los líderes de los 27 países no fueron capaces de ponerse de acuerdo para proponer los cinco nombres que hacen falta para ocupar los cargos más relevantes de la Unión Europea.

    El próximo domingo hay programada una nueva cumbre extraordinaria en la que se espera que los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo para nombrar al nuevo presidente de la Comisión Europea. El peso del Partido Popular Europeo inclina la balanza de la presidencia a su favor. Todo apunta a que el sustituto de Jean-Claude Juncker saldrá de este grupo. Sin embargo, la vicepresidencia la ocupará, previsiblemente, un miembro del grupo socialista, donde Borrell tiene muchas opciones.

    Otra de las opciones a las que aspira el ministro español en caso de no ser vicepresidente es la de representante de la Unión para Asuntos Exteriores, el equivalente al ministro de Exteriores de la UE. Un cargo que nació en 2009 y que actualmente está en «construcción» puesto que muchos de los países miembros se han resistido a ceder sus competencias en el ámbito internacional.