Catorce institutos de investigación biomédicos europeos, que forman parte de la alianza EU-LIFE, piden a la UE que invierta 150.000 millones de euros en su próximo programa de investigación e innovación, ya que «los milagros científicos no existen» y consideran que la salida principal de esta crisis sanitaria provocada por la Covid-19 pasa por «una inversión sin precedentes en la investigación e innovación».
Así lo señalan en un manifiesto publicado este miércoles, y recogido por la agencia de noticias SINC, donde afirman que la COVID-19 ha demostrado que Europa no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos en una crisis sanitaria, y en el que solicita a la UE una inversión en I+D de 150 mil millones de euros en su próximo programa, un 50% más que la propuesta actual de la Comisión Europea, que son 100 mil millones.
La alianza de centros de investigación, que conjuntamente representa a casi 8.000 empleados en 14 países europeos, considera que al menos el 35 por ciento de estos fondos se deberían reservar para la investigación impulsada por la curiosidad, ciencia básica o blue skies research, que principalmente se subvenciona a través del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés).
«La mayoría de estos proyectos científicos son de alto riesgo, dificultando su financiación por parte del sector privado y, por lo tanto, dependen de la financiación pública. (…) Al menos el 35 % de estos fondos se deberían reservar para la investigación impulsada por la curiosidad, para ciencia básica», destaca SINC del comunicado.
MEDIOS SUFICIENTES PARA LA INVESTIGACIÓN
«Cada vez que surge una nueva crisis global, todos miramos a la ciencia para encontrar soluciones, porque todos sabemos que las soluciones existentes para crisis pasadas, como el sida, fueron el resultado de investigaciones básicas. Es por eso que instamos al Consejo Europeo a que apoye un presupuesto sólido para Horizon Europe y garantice que la investigación básica tenga los medios necesarios en Europa«, argumenta Marta Agostinho, Coordinadora de EU-LIFE.
Por otro lado, el documento destaca la importancia de considerar los fondos europeos como «complementarios, y no sustitutivos, a las responsabilidades nacionales en relación con la inversión en ciencia e innovación. Así, piden que cada país de la UE invierta el 3% de su PIB nacional en investigación e innovación. La media actual es 2,06%.
«Estos tiempos inéditos requieren acciones sin precedentes. El peaje de mortalidad y la devastación económica de la pandemia nos muestra que Europa y sus naciones constituyentes deben despertar y considerar que la inversión en ciencia, salud y la importancia de mantener un tejido industrial local es una cuestión de vida o muerte, no simplemente algo bonito que hay que tener. El futuro éxito de nuestro continente depende de ello», dice Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica (CRG).
Pide crear un entorno más favorable para la industria farmacéutica para que pueda aumentar la capacidad de las cadenas de suministro regionales para acceder rápidamente a nuevas vacunas, pruebas de diagnóstico, terapias y dispositivos médicos. La alianza advierte: «no se puede tener una investigación básica sin también tener los medios de producción para aprovecharse de sus resultados».