Cada vez nos iniciamos antes en eso de beber alcohol. Participamos en comidas, fiestas, etc. donde no parece pasar nada por tomar una copa de vino o un par de cañas. No lo hay, siempre que se haga con responsabilidad y moderación. Para muchas personas, salir a divertirse sin probar ni gota de este tipo de líquido es como no salir. Esto hace que, de forma social, desde muy jóvenes estemos en contacto con este tipo de bebidas, viéndolo muy normal.
El alcohol es, según los datos, la droga más venida y consumida en España. En una de las encuestas realizadas, es nada menos que el 76 por ciento de los participantes quienes lo bebieron en el último año. El Ministerio de Sanidad ya se atreve a dar cifras de la edad en la que nos iniciamos en su consumo: entre los 13 y 14 años.
Con todos estos datos, quizá te preguntes si puede llegar a más. Descubre los síntomas que te avisan que tienes un problema con el alcohol.
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¿Debemos preocuparnos por el consumo de alcohol?
Nuestra sociedad es una de las más tolerantes con respecto al consumo de alcohol. Esto provoca que, con tanta permisividad, nos resulte muy complicado saber cuándo este nos está creando una dependencia a la droga. Debemos estar pendientes de la cantidad que tomamos y la frecuencia con la que lo hacemos. Otra de las claves es saber la tolerancia que mantenemos a sus efectos, pues puede ser un dato de alarma. También debemos preocuparnos si nos ha pasado algo fuerte por culpa de esta sustancia y no hemos variado la conducta. Por ejemplo, haber perdido puntos o el carnet de conducir.
No importa que una persona necesite alcohol solo los fines de semana para desinhibirse y divertirse. En el momento en el que sabe que es una necesidad, ya estaríamos hablando de un trastorno que comienza a ponerse en funcionamiento. Existen muchos tipos de trastorno y no todos tienen su base en la dependencia fisiológica. Por ejemplo, cuando bebemos dándonos un atracón nos encontramos ante un Trastorno por Consumo de Alcohol que cuenta con un tratamiento oportuno.
Debemos tener muy presente que cualquiera de estos trastornos es una enfermedad. Por ello, si lo dejamos pasar, no nos damos o no queremos darnos cuenta ni hacernos responsable de ello y no lo tratamos, llegará un momento en el que esta empeore. Lo peor puede ser que desemboque en presentar peligros físicos, psíquicos o de conducta.
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Síntomas ante los que debemos tener cuidado
Existen ciertos síntomas ante los que debemos estar muy atentos para saber si tenemos o no un problema con el alcohol. Uno de ellos, por ejemplo, es el no poder dejar de beber aunque lo estemos intentando. Si nos estamos convirtiendo en adictos al alcohol, mostraremos signos de abstinencia cuando no lo podamos consumir. Es esa necesidad de beber que nos hace incluso perder el control. Si el consumo dura mucho tiempo, cada vez necesitaremos más cantidad para que nos afecte como al principio, pues seremos más tolerantes.
Una persona alcohólica ver girar su vida alrededor de la bebida. Casi todo el tiempo que tiene libre lo pasa bebiendo y, cuando termina, lo hace recuperándose de los efectos del alcohol. Llega un momento en el que cuesta cada vez más realizar de forma correcta las actividades laborales o las de la casa. Además, sus relaciones con el resto de las personas empeoran. El problema grave es que, a pesar de todo, se sigue bebiendo.
De este modo, estaremos poniendo en riesgo nuestra salud y puede que la de los demás. Si tenemos alguno de estos síntomas o reconocemos que alguien cercano a nosotros los presenta, es bueno ofrecer toda la ayuda posible. Salir necesita mucho es fuero, pero es posible gracias a los tratamientos que se ofrecen por parte de médicos, psiquiatras, psicólogos, terapeutas, etc.
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Procesos terapéuticos en la lucha contra el alcoholismo
Estos procesos terapéuticos cuentan con varias fases. Para empezar, se combina la intervención grupal con la individual y también la familiar. En caso de que sea necesario, se intervendrá para que el individuo se pueda reinsertar tanto en su vida laboral como en la familiar. Debido a que los síntomas cada vez tardan menos en aparecer, también hay programas dirigidos especialmente a menores.
Entre otros, existen varios tipos de centros, como los de día para individuos con patología dual o para quienes necesitan mayores contenciones. También hay tratamientos de un par de sesiones a la semana, etc. El objetivo es dar a conocer todas las herramientas que existen para salir del problema si reconocemos los síntomas mencionados.
Además, cabe destacar el papel fundamental que deben hacer tanto familiares como amigos. A veces, la propia persona no es consciente del problema, por lo que no va a querer ponerle solución. Esto debe arreglarse siendo firme, aunque sin abandonar las buenas formas y el cariño. El apoyo es fundamental para terminar con el alcohol.
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Qué podemos hacer para prevenir la adicción al alcohol
Lo mejor para evitar que aparezcan síntomas en también prevenir el consumo de alcohol, sobre todo en los menores. Por eso, es bueno dificultar su acceso para aquellos que aún no tengan los dieciocho años. Además, es bueno hablar sobre los posibles factores de riesgo que puedan desencadenar conductas que lleven al alcoholismo, como la situación familiar o el tipo de infancia.
Si hablamos de nosotros mismos, debemos ir revisando la tolerancia que tenemos al alcohol y cuándo lo tomamos. Siendo responsables, no tendría por qué desembocar en un problema grave. Para ello, toda la información y formación será bienvenida, con el objetivo de conocer las causas y las consecuencias que las malas decisiones podrían acarrear.
Además, deberíamos ir cambiando el concepto de nuestro tipo de ocio por uno más saludable, dejando de lado los botellones. Está en nuestra responsabilidad beber de forma responsable y valorar los momentos en los que estamos sobrios. Todo ello, por supuesto, debe ir de la mano con la educación que recibimos.
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