El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha asegurado este lunes que el Ministerio de Exteriores está trabajando «de manera discreta» para que vuelva a haber un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, algo que, a su juicio, es «condición de posibilidad» para que haya diálogo y se avance en la resolución del conflicto.
«El Ministerio de Exteriores, con mucha discreción y mano izquierda, está trabajando en esa dirección», ha revelado en una entrevista en La Sexta, a pesar de que previamente ha afirmado que él no tiene competencias en este asunto y que, por lo tanto, ni entra ni se posiciona, porque es responsabilidad del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
En concreto, ha asegurado que Exteriores está haciendo en algo «muy importante», de manera «discreta», que es trabajar para que haya por fin un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, que lleva pendiente de designarse desde la dimisión en mayo de 2019 del expresidente alemán Horst Koehler.
Por su parte, González Laya, ha confirmado en el Senado que España está poniendo «esfuerzos», junto a otros países, en ayudar a la «búsqueda y el nombramiento» de un enviado especial que pueda canalizar una negociación a nivel político.
Una fuente diplomática consultada ha señalado que ya han llegado nombres a la mesa del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y que España ha contribuido con alguno de esos nombres.
Esta línea de acción se suma al «apoyo incondicional» y la ayuda humanitaria a los refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), a la que España dedica cada año 10 millones de euros además de «sensibilizar» a otros socios europeos. La UE, Alemania e Italia también dedican financiación.
«No hemos cambiado de estrategia ni de energía política», ha insistido, si bien, como en otras ocasiones, no ha mencionado expresamente la necesidad de que la solución venga de la mano de un referéndum. González Laya ha hablado de que el enviado de la ONU pueda impulsar una «negociación que lleve a una solución justa, libre, negociada y estable».
DERECHO A RECORDAR QUE LO LEGAL ES UN REFERÉNDUM
En cambio, en la entrevista, Iglesias también ha defendido su derecho a recordar la «legalidad vigente» y, en concreto, la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de 1995 en la que se instaba a que se celebrara un referéndum «para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental», sin que ello suponga, ha asegurado, dar su opinión.
Preguntado por las tensiones que ha generado en el Gobierno la postura de Unidas Podemos en este asunto, el vicepresidente segundo ha asegurado que el hecho de recordar esa resolución no es posicionarse. «Estoy recordando una norma de obligado cumplimiento», ha asegurado.
Cuando el PSOE y Unidas Podemos negociaron el Gobierno de coalición, los ‘morados’ se comprometieron a respetar que el asunto del Sáhara, especialmente delicado por las relaciones entre España y Marruecos, quedaría en manos de Presidencia y Exteriores.
«Tengo que decir que la posición la marca la ministra de Exteriores y el presidente del Gobierno, por lealtad y competencias», ha recalcado al ser preguntado sobre su postura sobre la necesidad de celebrar un referéndum.
No obstante, a continuación ha defendido que «es evidente que el Gobierno de España tendrá que cumplir la legalidad internacional». «No cabe otra cosa. Yo no doy mi opinión, me limito a recordar la resolución de la ONU», ha apostillado.
«Solo faltaba que uno no pudiera recordar la ley, que es de obligado cumplimiento para todos, sin que le acusen de posicionarse. No me he posicionado, pero sí me he permitido recordar lo que dice la ONU», ha aclarado.
Y preguntado sobre que hará si el Gobierno no cumple con esa resolución, es cuando ha asegurado que el Ejecutivo está haciendo algo «muy importante» al trabajar, según ha asegurado, para que vuelva a haber un enviado especial para el Sáhara.
Por su parte, desde la oficina de Antonio Guterres, fuentes consultadas se han limitado a asegurar este lunes que «el proceso continúa», a la espera de dar con un candidato que satisfaga a las partes y que también acepte el puesto dejado vacante por Koehler hace más de año y medio.
La última declaración pública de la oficina del secretario general data del 13 de noviembre, cuando su portavoz, Stephane Dujarric, insistió en que Guterres «trabaja duro» para encontrar un enviado «que esté dispuesto» a asumir el reto y sea «aceptable» para el Gobierno marroquí y el Frente Polisario.
LA ONU ADMITE FRUSTRACIÓN
Dujarric ha admitido la «frustración» del máximo responsable de la ONU, pero al mismo tiempo ha argumentado que el conflicto del Sáhara Occidental es «uno de los temas más complicados con los que lidiar». Si no hay enviado por ahora, ha añadido, «no es por no haberlo intentado».
El propio Guterres apuntó en su informe más reciente sobre el Sáhara Occidental, publicado a principios de octubre, que está «comprometido con la designación de un nuevo enviado personal para avanzar sobre el progreso alcanzado». En dicho texto se declaró «convencido» de que es «posible» llegar a una «solución» a pesar de «la pausa en el proceso político» derivada de la dimisión de Koehler.
Con el expresidente alemán como enviado especial, se efectuó un tímido intento de acercar de nuevo a las partes, con dos reuniones en Ginebra -en diciembre de 2018 y marzo de 2019- en las que de nuevo quedó en evidencia que Rabat no contempla más que una autonomía limitada y el Polisario no desiste en su defensa de la autodeterminación.