En el tema de la nutrición y de las dietas siempre está la duda de las cenas, considerada la comida más peligrosa a la hora de mantener el peso y una dieta saludable. Siempre nos viene a la cabeza del dicho «desayunar como un rey…» que acaba en «cenar como un mendigo». En definitiva, que hay que cenar poco y frugalmente, pero ¿qué cenamos? Está claro que un menú fuerte y abundante no, pero dentro de lo plausible, ¿entra la fruta a esas horas? Vamos a arrojar luz sobre ello.
La fruta es uno de esos alimentos que nos vienen a la cabeza al relacionarlo con buena alimentación y sana nutrición, junto con las verduras o el pescado. Sin embargo, ya sabemos que lo malo de las frutas es que -sobre todo algunas- tienen un alto contenido en azúcares, con lo que hay que tener cuidado con qué frutas comemos, cantidades y cuándo. Pues veamos sin son o no adecuadas para la cena, y si hay alguna cuáles, para hilar fino y acostarse saciado pero sin perjudicar tu peso y salud.
2¿Es bueno o malo comer fruta para cenar?
Ni que decir tiene que en general las fruta tienen propiedades que nos hacen un gran beneficio al organismo, sobre todo por su alto porcentaje de agua, entre el 80-90% según el tipo. Pero también contiene altas dosis de fibra (con beneficios para el sistema digestivo), vitaminas como la A, la C, la E o las del grupo B, minerales (potasio, magnesio y fósforo, principalmente) y antioxidantes como las antocianinas, el reservatrol o los flavonoides.
Pero luego está el apartado de los glúcidos (fructosa, glucosa o sacarosa), con un porcentaje que varía en las frutas entre un 5 y un 18% y una media por cada 100 gramos de 80 calorías. Como vemos por calorías no hay problemas y para la cena no sería contraproducente, pero ¿y la glucosa? Pues se ha concluido, como veremos, que aunque no es lo mismo tomar sandía (que casi es agua), que higos (con un alto grado de glucosa), ninguna fruta sería prohibitiva para la cena, ya que no aporta cantidades desaconsejables a esas horas. Eso sí, siempre cenar al menos 2 horas antes de irse a la cama. Vamos, no obstante, a concretar los matices para que tu dieta sea aún más certera a la hora de cenar.
