La nueva Presidenta del Parlamento de Cataluña, Laura Borràs, ha lamentado asumir la Presidencia «querellada de serie» –con cuatro querellas— y ha defendido que no depende de ella que la inhabiliten y no pudiera ejercer el cargo hasta el final de la legislatura.
«No nos corresponde a nosotros ponernos la toga y juzgar», ha dicho en una entrevista del programa de TVE Cataluña ‘Aquí parlem’ recogida este sábado, en la que, preguntada por si tiene miedo a ir a prisión, ha respondido que cualquiera en su lugar temería ir a la cárcel.
Ha añadido que cualquier persona que quiera ejercer la inviolabilidad del Parlament «asume un riesgo», incluida ella, porque el Estado tiene a la institución en el punto de mira –ha dicho literalmente– y no permite que se produzcan ciertos debates.
Sus objetivos para 2021 son alcanzar «un Parlamento del siglo XXI», modernizado, digitalizado, desde la transparencia y la austeridad, y retomar el trabajo allí donde lo dejó la expresidenta del Parlamento Carme Forcadell.
Preguntada por si convocaría un referéndum unilateral, ha respondido que mantiene la vigencia del referéndum del 1 de octubre y que, para celebrar uno acordado entre Cataluña y el Estado, en el Estado deberían ser «más demócratas que españoles», una opción que no contempla.
Ha asegurado que ella, en el lugar de su antecesor, Roger Torrent (ERC), hubiera investido de nuevo al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont (Junts), porque «para eso estaban allí los diputados».
Sin embargo, ha mostrado voluntad de entenderse con ERC durante la nueva legislatura, para «respetar» el mandato de las urnas.
