El Papa ha constatado con «preocupación» como las «fáciles propuestas» de los populismos, la excesiva burocracia y la distancia de las instituciones están haciendo retroceder la democracia, no solo en Europa, por lo que ha reivindicado un «multilateralismo» que no sea sofocado por excesivas pretensiones nacionalistas.
«No se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia. (…) La democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes», ha señalado el pontífice ante las autoridades civiles y cuerpo diplomático de Grecia, en la segunda etapa de su tercer viaje del año y tras la visita a Chipre.
«En diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de ‘escepticismo democrático'», ha señalado el Papa en su primer discurso en Atenas.
El Papa ha aterrizado esta mañana en el aeropuerto internacional de Atenas, donde ha sido recibido por el ministro griego de Asuntos Exteriores, Nikos Dendia, acompañado por la guardia de honor y un grupo de niños con trajes tradicionales.
En Atenas, cuna de la democracia como organización política, ha manifestado que existe «un escepticismo, en relación a la democracia, provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia». Para Francisco el remedio a esto no pasa por «la búsqueda obsesiva de popularidad» o «la proclamación de promesas imposibles» sino por la buena política que ha definido como la «responsabilidad suprema del ciudadano» y el «arte del bien común». El Papa ha citado un discurso del político italiano Alcide De Gasperi que es considerado junto con Konrad Adenauer, Robert Schuman y Jean Monnet-como como los «padres de Europa» y ha invitado a combatir las «polarizaciones» que «amenazan con exasperar» la democracia. En este sentido, ha denunciado que «se difunden miedos» cada día «amplificados por la comunicación virtual» y se «elaboran teorías» que se oponen a los demás.
Así ha denunciado que la Comunidad europea está «desgarrada por egoísmos nacionalistas» y que más que ser un tren de solidaridad, algunas veces se «muestra bloqueada y sin coordinación».
La última visita de un papa a la capital griega fue en mayo de 2001 con Juan Pablo II. El pontífice argentino había viajado a Grecia en 2016, pero su estancia se limitó a la isla de Lesbos, puerta de entrada de miles de migrantes a Europa. El Papa volverá a visitar el domingo esta isla símbolo de la tragedia migración. Pero ya desde su primer discurso en Grecia ha abordado la cuestión migratoria para incidir en que «ha abierto brechas entre el sur y el norte» de Europa.
«Quisiera exhortar nuevamente a una visión de conjunto, comunitaria, ante la cuestión migratoria, y animar a que se dirija la atención a los más necesitados para que, según las posibilidades de cada país, sean acogidos, protegidos, promovidos e integrados en el pleno respeto de sus derechos humanos y de su dignidad», ha manifestado. .
«Siempre ha de privilegiarse el derecho al cuidado y a los tratamientos para todos, para que los más débiles, en particular los ancianos, nunca sean descartados. En efecto, la vida es un derecho; no lo es la muerte, que se acoge, no se suministra», ha dicho el Papa también en referencia a políticas como la eutanasia.
Finalmente, ha instado a actuar por el bien común en varios frentes: «pienso en el clima, en la pandemia, en el mercado común y sobre todo en las pobrezas extendidas».
Está previsto que el Papa realice una visita de cortesía al Arzobispo de Atenas y de todo Grecia, Su Beatitud Ieronymos II, en el arzobispado ortodoxo de Grecia. Después, en la «sala del trono» del arzobispado, el Papa pronunciará un discurso ante los líderes ortodoxos. De hecho uno de los objetivos del viaje es reforzar los vínculos con los cristianos ortodoxos, separados de la Iglesia católica desde la Cisma de Oriente en 1054 entre Roma y la antigua Constantinopla.
En un video publicado poco antes de su salida de Roma, el papa se presentó como un «peregrino» al encuentro de «todos, no solamente los católicos», una minoría del 1,2% en un país donde domina la religión ortodoxa, vinculada al Estado.
De ahí, se dirigirá a la Catedral católica de San Dionisio para su encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y catequistas. La última actividad del sábado será una reunión privada con los miembros de la Compañía de Jesús en la Nunciatura Apostólica, en Atenas.
Francisco permanecerá en Grecia hasta el lunes 6 de diciembre.