Amparo Valcarce fracasa en la misión de normalizar las relaciones de Defensa con la tropa

La mano derecha de Margarita Robles ha fracasado. La ministra de Defensa encomendó a Amparo Valcarce, subsecretaria del Ministerio Defensa, la misión de dialogar con las asociaciones militares y escuchar sus reivindicaciones para tratar de llegar a un acuerdo que contente a ambas partes. Sin embargo, Valcarce no ha sido capaz de cumplir con la difícil tarea que Robles le ha encomendado y esto ha provocado el descontento entre las agrupaciones. Por este motivo, las distintas asociaciones han rechazado asistir al pleno de marzo del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas por la incapacidad de Defensa de tratar las retribuciones militares. La número tres de Robles ha tensado aún más la situación con la tropa, debido a su incapacidad de llegar a un acuerdo que permita solucionar y paliar los problemas que sufren las Fuerzas Armadas y que llevan tiempo trasladando al Ministerio.

La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) ha emitido un comunicado a través de su página web en la que explican que ni ellos ni la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) ni la Unión de Militares de Tropa (UMT) van a acudir a la reunión del pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas que debe tener lugar en el mes de marzo. Esta decisión está motivada por la negativa del Ministerio de Defensa a dialogar con las principales asociaciones profesionales y, según matizan, no ven motivos «para blanquear a Robles».

Salarios bajos, retirada a los 45 años y difícil reinserción al mundo laboral son solo algunos de los problemas que sufren las Fuerzas Armadas y que ATME ha tratado de trasladar a Defensa para llevar a un acuerdo que permita paliar la situación. Sin embargo, el departamento que dirige Robles «mira para otro lado». La asociación lleva tiempo tratando de concertar una reunión con la ministra, pero la reunión todavía no se ha producido. Robles tiene otras prioridades en su agenda y decidió encomendar a su número tres dicha tarea. Así, Amparo Valcarce se reunió en escasas ocasiones con las asociaciones.

Una de ellas fue en la en la Comisión de Trabajo para la reforma y desarrollo de la Orgánica de Derechos y Deberes (LODD) de los miembros de las Fuerzas Armadas tras la que anunció tímidas medidas para potenciar el asociacionismo. Tras dicha reunión, la subsecretaria instó a la Ministra de Defensa a ponerse en contacto con estas asociaciones profesionales. Con una simple llamada telefónica, Margarita Robles informó a los representantes de ATME de que no se reuniría con ellos ya que sus salarios van a permanecer inmóviles.

Desde la asociación militar consideran que esto es insuficiente. La «negativa tajante» de la titular de Defensa a mejorar la Carrera de los militares, a subir el sueldo en el presente o de forma escalonada y el rechazo de Robles a reunirse con las principales asociaciones profesionales han tensado la situación. Esto, según explica ATME, solo puede significar «el enquistamiento de la situación y el menosprecio por el trabajo realizado por los militares». Y es que, la «pésima» gestión del personal ha llevado al límite a las asociaciones, las cuales se sienten ignoradas.

Por ello, han decidido dejar plantado al núcleo duro de Robles y no asistir al pleno programado para este mes de marzo. Es tanto el descontento entre las asociaciones que están valorando si convocar manifestaciones y convocatorias en la calle para reivindicar sus demandas laborales y retributivas. ATME pide cambiar el modelo de carrera profesional con el objetivo de reducir la temporalidad de los miembros de las Fuerzas Armadas que deben finalizar su compromiso profesional con tan solo 45 años.

Asimismo, esta asociación profesional pide dar a conocer su labor dentro de las unidades donde por el momento no les dejan acceder. La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) pide que se les deje dar charlas en los cuarteles para informar a los soldados sobre cómo proteger la profesión a través de estas agrupaciones que luchan por un salario justo, por el fin de la temporalidad y por la conciliación familiar.

Y es que, según consideran, los militares no puede continuar siendo los trabajadores públicos peor retribuidos y con el futuro profesional «menos esperanzador» de toda la Administración Pública. Las tropas, afirma la asociación, garantizan la seguridad colectiva frente a una amenaza exterior, con una disponibilidad permanente al servicio de todos los ciudadanos, «entregando su propia vida en caso de ser necesario». Y destacan que esto no puede ser a cambio de una remuneración mileurista y debe ser recompensado con unas condiciones laborales y salariales «justas» y «acordes a los tiempos que corren». Cabe destacar que el sueldo base de un soldado de tropa no alcanza los 700 euros y sumando los complementos tan solo se superan unos euros el salario mínimo interprofesional pactado por el Ministerio de Trabajo con los agentes sindicales.

Así, las distintas asociaciones militares se han plantado ante el Ministerio de Defensa, después de que Amparo Valcarce haya fracasado en la misión de normalizar las relaciones de las agrupaciones de profesionales y el departamento que dirige Robles. Y la primera acción es no asistir al pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, aunque podrían ir un paso más allá y llamar a las tropas a que salgan a la calle a reivindicar sus derechos a través de manifestaciones y convocatorias.