Cantabria ha acogido hasta ahora, y desde que se inició la guerra en Ucrania, a un total de 369 personas procedentes de ese país, a través del sistema de protección de Cruz Roja y el Gobierno regional. Y ha escolarizado también a 184 menores ucranianos en 69 centros educativos de la comunidad autónoma.
Además, hasta la fecha se han registrado 896 solicitudes de asilo, de las que se han tramitado 543, según datos facilitados este jueves por la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, a preguntas de los medios en la rueda de prensa en la que ha informado de la reunión semanal del Ejecutivo.
Así, a la vista de estas cifras, ha comentado que se ha «estabilizado» la llegada de personas que huyen del conflicto bélico, ya que tras la invasión rusa era «constante» y ahora se ha «ralentizado» y se produce de forma «más ordenada».
No obstante, ha indicado que los ucranianos están llegando también de manera individual, no solo a través del sistema de protección habilitado por Cruz Roja en colaboración con la administración.
La mayoría de las personas desplazadas a Cantabria desde Ucrania son mujeres jóvenes con niños, según ha precisado la directora general de Cooperación, Silvia Abascal, cuestionada en una comparecencia ante los medios sobre la situación de los refugiados y el operativo de atención, que abarca las áreas de servicios sociales, educación y sanidad.
Sobre esta última vertiente, ha señalado que no se ha detectado ninguna enfermedad relevante ni alarmante. «Hay una embarazada, alguien que tiene un poco de tensión alta, pero no hay ningún problema en ese aspecto», ha valorado.
Tras recordar que se contrató un servicio de apoyo psicológico para prestar esta atención, junto a otro de traducción para romper la barrera del idioma, ha indicado que se está centrando en la valoración de los desplazados y en prestar tratamiento en algún caso que se ha detectado como necesario.
Y es que, en general, y como ha comentado Abascal, los desplazados ucranianos en Cantabria están «intentando hacer una vida lo más normalizada posible dentro de lo que han vivido y de las mochilas emocionales que trae cada persona».
CRISIS OLVIDADAS
En este punto, la responsable de Cooperación ha hecho un llamamiento a las muchas crisis humanitarias ‘olvidadas’ que hay en el mundo, situaciones que «se han hecho endémicas y perpetuas y no podemos olvidar», aunque ha reconocido que la guerra en Ucrania es ahora «la más eminente y la más grave que tenemos».
«Está en nuestro continente, pero desde Cooperación al Desarrollo quiero hacer un llamamiento y que no nos olvidemos de las otras crisis que se están alargando en el tiempo. Casi todas están en África y hay mucha gente que se muere por cosas tan elementales como no tener una buena nutrición», ha recordado.