Millones de españoles se lanzan en agosto a las carreteras. En los maleteros: mochilas, tiendas de campaña, flotadores… La covid-19 ha impulsado como nunca el turismo nacional en época estival -un 90% de los españoles que van a viajar este verano lo harán por España y un 92% en coche, según una encuesta de RACE-, multiplicando los trayectos de largo recorrido en el país. Con ellos, crecen también los siniestros en vías interurbanas, las más utilizadas para este tipo de desplazamientos.
Desde 2011 se han producido una media de cinco accidentes de tráfico a la hora en vías interurbanas durante el mes de agosto, tres de ellos mortales, según un análisis de este medio de los datos aportados por la DGT. Aunque la tendencia es a la baja, el saldo de 100 vidas de media cada agosto sigue siendo elevada. A pesar de que se producen más siniestros en vías urbanas que interurbanas, las segundas resultan más mortales.
Los turismos siguen acumulando la mayor parte de los accidentes. De los 551 fallecidos en las 24 horas siguientes al accidente entre 2016 -año en el que la DGT comienza a recoger esta información de forma pormenorizada- y 2020, prácticamente la mitad (272) se trasladaba en coche, mientras que otros 128 lo hacían en motocicleta. Aunque la tendencia de los primeros en este periodo ha ido a la baja y los muertos que circulaban en motocicletas han aumentado.
Según Nuria Alonso, Responsable Divulgación y Cooperación Institucional de RACE, el cambio de tendencia en los turismos se debe a «la inversión en la tecnología del automóvil» que «ha ayudado a evitar los accidentes y a paliar las consecuencias de este». Una inovación que no se ha reproducido de la misma manera en motocicletas. Por el momento, la DGT ha lanzado varias campañas de comunicación para promover el uso del airbag en motoristas.
Con una estimación de 49 millones desplazamientos nuevos a lo largo de este mes de agosto, la DGT prepara la operación salida con el acondicionamiento de carriles reversibles y adicionales, la puesta a punto de 1.325 radares e intensificando los controles en todo el territorio español. El objetivo es evitar que se reproduzca el número de siniestros de años anteriores. Así fue cómo ocurrieron.
Málaga, Barcelona y Tarragona, puntos negros del tráfico en agosto
Algunos puntos de la geografía española destacan por aglutinar un importante número de siniestros en agosto, si bien esta tendencia es similar durante todo el año. Es el caso de los algunos tramos de las vías interurbanas A-7, AP-7 y N-340, situados en las provincias de Málaga, Barcelona y Tarragona, respectivamente. En los agostos entre 2011 y 2020, se registraron 1.898 siniestros en estos tramos, que dejaron, a su vez, 90 víctimas mortales.
Que la mayoría de los accidentes tengan lugar en determinados puntos de estas carreteras tiene que ver con varios hechos. Estas vías conectan el sur con el noreste peninsular, bordeando la costa mediterránea recorriendo algunas de las urbes con más concentración poblacional y con mayor flujo turístico. Por ello, son algunas de las vías más transitadas del país, especialmente en época estival. Desde la DGT, evidencian: “El verano es la época del año en el que mayor número de desplazamientos se producen. A una mayor exposición al riesgo, más posibilidades de siniestralidad.”
En la Autovía del Mediterráneo o A-7, se produjeron en la última década 717 siniestros. Destacan los tamos que atraviesan Málaga, Cádiz y Valencia. En concreto, en los municipios turísticos de la Costa del Sol -Marbella, Mijas o Málaga-, se produjeron 141 accidentes durante la década entre 2011 y 2020 , que dejaron 19 fallecidos. San Roque, Algeciras y Los Barrios en Cádiz, así como los municipios valencianos de Picassent, Paterna o Bétera también han sido testigos de numerosos siniestros.
En su paso por Valencia y las provincias de catalanas de Barcelona y Tarragona, la Autopista del Mediterráneo (AP-7) ha presenciado un total de 616 accidentes de tráfico, que han dejado un balance de 32 fallecidos. La mayoría de ellos están concentrados en los municipios de Santa Perpètua de Mogoda, Martorell y Sagunto.
Por último, la mayoría de los 565 accidentes que se han producido en la N-340 en el mismo periodo se han concentrado, de nuevo, en Tarragona -con 147-, Cádiz -95- y Castellón -80-. De hecho, dentro de la provincia gaditana vuelve a destacar Tarifa y Algeciras, en cuyo tramo se han localizado el 14% de los siniestros de esta vía en una década.
La morfología de estas vías, sumadas a las distracciones al volante favorecen que se produzcan accidentes con unas características determinadas. Las colisiones más comunes son las por alcance, seguidas de las fronto-laterales (13%) y salidas de la vía por la derecha (11%), según los datos de la DGT recopilados a partir 2016.
En cambio, a pesar de ser menos comunes, las colisiones frontales dejan un número más elevado de fallecidos. El 8% de este tipo de siniestros ha dejado, al menos, una víctima mortal. Estos siniestros son mayoritarios en carreteras convencionales de calzada única, lo cual explica por qué los siniestros en este tipo de vía resultan los más mortales.
Como explica Fernando Muñoz, de STOP Accidentes, “cualquier distracción en una carretera convencional puede hacer que te metas en el carril contrario”. Por ello, La Estrategia de Seguridad vial 2030 vial propone cumplir su objetivo de reducir a la mitad el número de muertos y heridos graves a través de acciones concretas, como “acometer nuevas mejoras en las infraestructuras, sumando un carril en aquellas carreteras en las que sólo haya uno para cada sentido”, expone Nuria de Andrés.
A pleno día y con el clima a favor
En contra de la creencia general, la mayoría de los accidentes de tráficos en vías interurbanas en agosto se producen en condiciones atmosféricas favorables. Así, el escenario de la mayoría de estos siniestros se parece más a un recorte de la película Pequeña Miss Sunshine (Dayton & Faris, 2006), -un sábado despejado y luminoso al medio día, a menudo en un tramo recto-, que a Carretera perdida (Lynch, 1997) -interminable, oscura y claustrofóbica-.
De esta forma, un 21% de los accidentes ocurridos en los meses de agosto entre 2011 y 2020 tuvieron lugar entre las 12:00 y las 15:00 horas, mientras que otro 18% ocurrió entre las 19:00 y las 20:00. Este patrón se ha ido repitiendo año tras año con ligeras variaciones. Además, por encima del 77% de los accidentes en ese decenio tuvieron lugar con luz natural, mientras que otro 90% ocurrieron con calzada seca, limpia y buen tiempo.
¿A qué se debe este fenómeno? “Si las carreteras son buenas y la visibilidad también, tiene que ser un factor humano, como las distracciones”, evidencia Nuria de Andrés, jefa de relaciones informativas de la DGT. Sitúa esta causa en el origen de “en torno al 75% y el 95%” de los accidentes de tráfico.
Ante este hecho, la DGT apunta hacia “el sistema seguro” como la fórmula para disminuir las peores consecuencias de estos accidentes. “Si ya sabemos que las personas que conducen comenten errores, vamos a intentar que el resto de los componentes de los siniestros reduzcan el número de fallecidos o heridos graves”, explica De Andrés. Esto se materializa en coches más seguros, mejores carreteras o una mayor limitación de la velocidad.
Poner en el centro la responsabilidad humana de los siniestros en carretera es parte de la labor de la asociación STOP Accidentes. “A pesar de que lo llevemos en el nombre, no nos gusta hablar de accidentes, porque un accidente no se puede evitar, mientras que los siniestros en carretera sí”, apunta Fernando Muñoz, portavoz de esa plataforma. Continúa: “Contra la pandemia de la movilidad y del tráfico, la única vacuna es que todos seamos conscientes de que hay que cumplir las normas y respetarse mutuamente”.
