Pedro Sánchez prevé mandar ministros a listas autonómicas para edulcorar la crisis de Gobierno

No quiere crisis de Gobierno, pero si que quiere a más de un ministro fuera de juego. La fórmula que ha desarrollado Moncloa es sencilla, aunque evidente. Lo ocurrido a mediados de 2021 fue una crisis en toda regla. Llamadas frías, ministros cesados y malas caras por doquier. Pero ahora el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere llevar a cabo la crisis de una forma algo más elegante. Y las elecciones autonómicas y municipales ofrecen un contexto ideal para hacerlo. La fórmula de Moncloa será la de utilizar las listas electorales de mayo de 2023 para colocar a algún que otro ministro incómodo. Fuentes del Gobierno dejan claro que Sánchez no quiere presentarse a los comicios generales con el equipo de Gobierno actual, dado que hay ministros que no convencen al presidente y que tienen a día de hoy nula relación con Moncloa.

Son tres los ministros que más incomodan en Presidencia de Gobierno. La primera, y la más difícil de sacar del Consejo de Ministros, es la titular de Defensa, Margarita Robles. Ya se intentó llevar a cabo esta estrategia enviándola como candidata a las elecciones de la Comunidad de Madrid de 2021, pero Robles se vio con garra y se negó a abandonar su ministerio. La segunda titular que está en riesgo es Pilar Llop, la única y primera ministra de Justicia que ha sido capaz de romper las relaciones entre el Gobierno y el Consejo General del Poder Judicial. Y la tercera persona en riesgo es el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a quien llevan buscando acomodo desde hace años y quien se ha salvado de la quema gracias a la falta de un sustituto claro.

Hay otros ministros que también están en una posición delicada, como es el caso de María Reyes Maroto

Hay otros ministros que también están en una posición delicada, como es el caso de María Reyes Maroto, ministra de Industria y Turismo, que también seduce a Sánchez para acabar en la Comunidad de Madrid. Sea como sea, el anuncio del presidente del Ejecutivo en el que aseguraba que no habría crisis de Gobierno pese a lo que llevaban meses filtrando desde su propio equipo ha cambiado las cosas en el PSOE. Nadie se cree en el seno de Ferraz que Sánchez se vaya a presentar a las elecciones generales sin cambios profundos en el Gobierno, pero sí que deslizan que la forma en la que se librará de estos ministros incómodos será más elegante y aprovechará la coyuntura que ofrecerán las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023.

Las elecciones de mayo serán, según los sondeos internos del PSOE y las encuestas publicadas hasta ahora, muy malos para el partido. Perderán prácticamente todas las comunidades autónomas de España y tendrán malos resultados en la mayoría de los ayuntamientos. El peso de la legislatura es grande y Sánchez lo sabe. Presentar estos cambios de cara a estas elecciones es un plus para Ferraz, dado que darán un cambio que quedaría reflejado en el voto. Cambiar ministros como Margarita Robles o Fernando Grande-Marlaska sería dar un golpe encima de la mesa que llevaría caras nuevas a estos ministerios y que ayudaría a Sánchez, según sus propios seguidores, a mejorar los resultados sensiblemente.

Aún así, pese a que Sánchez ha anunciado que no habrá crisis de Gobierno, lo cierto es que los ánimos en el partido están bajos porque nadie se cree que el presidente se vaya a presentar a las elecciones con todo su equipo de Gobierno intacto con las encuestas en contra. Las elecciones autonómicas ofrecen una oportunidad de oro. Las listas se trufarán con ministros o directamente se liderarán con los que se ofrezcan, pero la verdad es que esta excusa (acepten o no) será la que usará el presidente del Gobierno para sacar de su Ejecutivo a los ministros que más tiempo llevan. De los nuevos no hay pretensión de cesarles dado que aún no son ni conocidos. Pero de los que entraron con la moción de censura, sí. La buena noticia es que los próximos meses serán tranquilos, aunque en la última crisis de Gobierno el presidente también aseguró que no haría nada similar.

EL «NO» DE MARGARITA ROBLES

No es una estrategia nueva. El presidente del Gobierno ya intentó quitarse de en medio a Margarita Robles antes de las elecciones de la Comunidad de Madrid ofreciéndole la candidatura, pero la ministra se negó en rotundo a abandonar su butaca y consiguió conservar su puesto. Que esta dirigente lleve tiempo entrometiéndose en asuntos que no le conciernen (especialmente en la renovación del Consejo General del Poder Judicial), a ojos de Moncloa, su enfrentamiento con el ministro de Presidencia de Gobierno, Félix Bolaños, a cuenta del espionaje con Pegasus y el CNI, y los choques con Fernando Grande-Marlaska por el control de la Guardia Civil le han valido a Robles muchas críticas internas que ahora no se puede quitar de encima.

En su momento fue la falta de sustituto, la misma que ayudó a Marlaska, la que le valió a Robles para conservar el puesto, pero Sánchez ya no dará nuevas treguas. La idea del Ejecutivo, según fuentes del PSOE, es la de forzar su salida voluntaria con listas electorales. Y si Margarita o Marlaska se niegan, Moncloa ganará el pulso sea como sea. Este es el único punto débil de este plan, a ojos del partido; que los ministros digan no a la oferta de Sánchez. Pero si se da ese escenario, el presidente del Gobierno ya tiene donde inspirarse: en la crisis de Gobierno de 2021.