La Fiscalía del Principado de Asturias solicita la suma de 65 años y medio de prisión para 8 acusados de pertenecer a una red organizada de inmigración clandestina de menores marroquíes que entraban en la Península en patera o bajos de camiones. Están acusadas otras seis personas, que presuntamente los ayudaron en episodios concretos.
Una vez en España, los menores eran documentados como menores extranjeros no acompañados (mena) y derivados a centros de acogida, principalmente de Asturias. Dos de los acusados trabajaban, como cocinera y educador, respectivamente, en un centro de acogida de Asturias en el momento de los hechos. La vista oral comenzará el lunes, 26 de septiembre, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, con sede en Oviedo, a las 16.00 horas.
Está previsto que las sesiones continúen los días 28 y 29. El Ministerio Fiscal sostiene que, al menos durante el transcurso del año 2017 y parte de 2018, los acusados formaban parte de una red criminal organizada que, a cambio de una contraprestación económica, se dedicaba al favorecimiento de la inmigración clandestina de menores extranjeros.
Estos eran captados en Marruecos para su posterior entrada en España de forma clandestina, cruzando los puestos fronterizos entre ambos países con documentación falseada, ocultos en los bajos de camiones o bien pasando el Estrecho en embarcaciones ‘toys’, pateras, barcos pesqueros o motos de agua.
Los menores hacían a nado los últimos metros que les separaba de la costa, sin la más mínima seguridad, con elevado riesgo para su vida e integridad física, lo que era conocido por todos los integrantes del grupo organizado.
Una vez en España, los menores eran documentados como ‘mena’ y derivados a centros de acogida para menores extranjeros. Su destino final era el norte de España, principalmente Asturias, donde la organización tenía conocimiento previo de la existencia de plazas vacantes. Si a su llegada eran detectados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, eran conducidos a centros de menores, generalmente de Andalucía, de donde, más tarde, ayudados por miembros de la organización, se fugaban para su posterior traslado a centros de Asturias.
Si no eran interceptados, se alojaban temporalmente en domicilios de miembros de la red organizada para su posterior traslado al Principado.
Dentro de la organización, los distintos integrantes ostentaban diferentes roles y funciones, previamente concertadas entre ellos, que abarcaban la captación de menores en Marruecos, el cruce del Estrecho vía marítima o terrestre, el traslado interno de los menores por la Península, la distribución en los centros de acogida y posterior seguimiento y control de los mismos hasta la obtención de la documentación pertinente que les proporcionaba la estancia en los centros hasta su mayoría de edad.