La moción de censura evidencia la mala relación de Margarita Robles con todo el Gobierno

Margarita Robles se ha convertido en una política cada vez más incómoda para el Gobierno, debido a la pésima relación que mantienen con todos sus compañeros. La moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez ha sido prueba de ello. La ministra de Defensa ha llegado durante la segunda sesión a la Cámara Baja sola, en ese momento ya se encontraban en sus asientos, Irene Montero, ministra de Igualdad, y Yolanda Díaz, titular de Trabajo. Sin embargo, ninguna de las dos le ha dirigido la palabra, ni siquiera la segunda que se sienta muy cerca de ella. Y es que la magistrada socialista ha medida que ha ido avanzando la legislatura ha ido empeorando su relación con su compañeros del Ejecutivo. Hasta el punto de que prácticamente ninguno de ellos le dirige la palabra. Una cuestión que la ha situado en el punto de mira de Pedro Sánchez, quien no permite que se dejen evidencias de las rencillas internas en las filas del Gobierno.

La moción de censura presentada por Vox con Ramón Tamames como candidato ha concluido como todos esperaban, con los únicos votos a favor por parte de la formación de extrema derecha y el voto Pablo Cambronero, diputado del Grupo Mixto. Por su parte, el Partido Popular ha optado por abstener y el Gobierno, al igual que muchos otros grupos parlamentarios, ha votado en contra. De esta forma, la iniciativa del partido que dirige Santiago Abascal no ha salido adelante. Un resultado previsible desde el mismo momento en que los estrategas de Vox decidieron impulsar este movimiento. Sin embargo, estas sesiones en el Congreso de los Diputados han dejado detalles mucho más allá de la sensación de «ridículo» de los miembros de Vox.

NADIE HA DIRIGIDO LA PALABRA A MARGARITA ROBLES DURANTE LA MOCIÓN DE CENSURA

Que Margarita Robles no se lleva bien con ninguno de sus compañeros de Gobierno es algo evidente y la Cámara Baja ha sido el último escenario en el que se ha podido comprobar esta cuestión. La ministra de Defensa ha llegado al Congreso sola y para su sorpresa ninguno de los miembros del Gobierno presentes le ha dirigido el saludo, ni una palabra. Además, la magistrada socialista se ha quedado mirando a Yolanda Díaz, que se sienta a unas silla de ella, pero la vicepresidenta y ministra de Trabajo ni siquiera la ha mirado. Cuando han ido llegado el resto de ministros tampoco han perdido el tiempo en acercarse a la política. Las cámaras tampoco han prestado demasiada atención a Margarita Robles y los flases han evitado posarse en su persona.

Y es que, desde que comenzó a legislatura y PSOE y Unidas Podemos decidieron unirse en un pacto de coalición para entrar en La Moncloa, la ministra de Defensa no ha hecho más que buscarse enemigos dentro de las filas del Gobierno. Entre las últimas personas que ha sufrido el mal carácter de esta política ha sido Irene Montero por su Ley del Solo Sí es Sí y, en concreto, debido a los efectos de la ley que ella impulsó, así como por la oleada de homicidios contra mujeres. De hecho, esa no ha sido la primera vez que Margarita Robles crucifica a Irene Montero, pues cuando comenzó la polémica por la aplicación de la normativa, la ministra de Defensa también refutó los señalamientos que la ministra de Igualdad había hecho contra los jueces, señalándolos como responsables de la interpretación que estaban haciendo del texto legal y tratando de responsabilizarlos de los efectos que ello estaba generando en la reducción de las penas de los abusadores sexuales.

margarita robles 3 Moncloa

Sin embargo, la relación más tensa dentro del Gobierno mantienen Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, titular de Interior, la cual no ha dejado de empeorar desde que comenzó la legislatura. Esta crispación se debe a la Guarda Civil, ya que una parte de su instrucción es militar, lo que ha supuesto llevado a ambos ministros discutir por las competencias del instituto armado. Sin embargo, parece ser que en las últimas semanas han conseguido limar asperezas gracias a la investigación sobre los espionajes con el programa informático de Pegasus.

MARGARITA ROBLES SE RECONCILIA CON FERNANDO GRANDE-MARLASKA GRACIAS A LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL ESPIONAJE CON PEGASUS

Son cada vez más las voces que en el Congreso de los Diputados que hablan de que el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska se ha reconciliado con el de Defensa, que capitanea Margarita Robles, para boicotear la investigación sobre el espionaje con Pegasus a los teléfonos de algunos altos cargos del Ejecutivo. Tal y como ha podido comprobar MONCLOA.com, ese espionaje no se produjo con este software espía, sino con otro también de origen israelí más avanzado. Pero lo importante a nivel político es que los independentistas aprietan y creen que el Gobierno no quiere que se sepa lo que realmente ocurrió.