El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha denunciado hoy el dominio de la derecha de los medios de comunicación y ha augurado que será acusado de «pucherazo» como ocurrió en EEUU cuando Donald Trump perdió las elecciones: «No es nuevo, sus maestros norteamericanos lanzaron a una turba enloquecida contra el Capitolio para denunciar un falso pucherazo».
El líder socialista ha realizado estas advertencias durante una reunión en el Congreso, la primera que mantiene con diputados y senadores tras anunciar su decisión de adelantar las elecciones generales al 23 de julio. En este encuentro, en el que sus compañeros le han interrumpido en numerosas ocasiones con largos aplausos, Sánchez se ha extendido en hacer advertencias sobre lo que él entiende que les espera en esta próxima campaña electoral y en cargar contra PP y Vox equiparándoles como «derecha extrema y extrema derecha».
«La tormenta va a ser tremenda», ha exclamado antes de argumentar que ya han tenido un «aperitivo» de «insultos y suciedad» en la campaña de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Y cree que la derecha seguirá la misma línea y tratará de «crispar hasta límites insospechados» para que no se escuchen los argumentos de los socialistas con el empeño de que bajen los brazos y desmovilicen al electorado.
Así, ha augurado en un discurso duro contra las derechas, que «desde la posición de dominio que tienen en las grandes empresas, en los grandes medios de comunicación» se va a desatar una campaña «aún más feroz de insultos y descalificaciones.
AUGURA CAMPAÑA FEROZ DE INSULTOS Y DESCALIFICACIONES
En este sentido, ha añadido que tendrán que ver en programas de máxima audiencia cómo se «inventan barbaridades» porque lo que en su opinión está haciendo la derecha es «copiar los métodos de sus maestros norteamericanos».
Cree que unos hablarán de «pucherazo» y otros querrán detenerle como responsable de ese pucherazo. «No es nuevo, sus maestros norteamericanos lanzaron a una turba enloquecida al asalto del Capitolio para denunciar un falso pucherazo», ha recordado comparando así a PP y Vox con el trumpismo.
En este punto, ha traído a colación una reunión que ayer mantuvo con la exsecretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, con quien comentó que los «trumpistas» se habían inventado una «fabulación» el «pizza gate», que sostenía de que ella estaba al frente de una red de tráfico de personas que tenía su sede en una pizzería en Washington. «No es broma, esto es muy serio», ha exclamado.
Pero ha pedido a sus compañeros de partido que se mantengan tranquilos y respondan a la «catarata de insultos» con argumentos y a las falsedades con datos, alegando que las elecciones del pasado domingo no son un punto de llegada sino de partida, tratando así de restar importancia a los analistas que hablan de ‘cambio de ciclo’ como si se tratara de un fenómeno natural y el futuro estuviera escrito: «no es así».
PARAR LA CORRIENTE REACCIONARIA
Ha admitido que hay «hordas poderosas» que empujan en esa dirección como ocurre en otras partes de Europa y del mundo. Pero aunque ha señalado que «España no es inmune a esa corriente reaccionaria», ha pedido trabajar para pararla y ha augurado que aquí no va a suceder porque considera que va a ganar las elecciones.
Pedro Sánchez ha argumentado a este respecto que por muy poderosos que sean los poderes «que hay detrás» de las derechas, vale lo mismo el voto de un conductor de autobús o de una cajera de supermercado que el del presidente de un canal de televisión o el de un banco. «El voto nos iguala, todo depende de lo que vote la gente», ha alegado.
Y ha querido retroceder a la transición para afirmar que el PSOE no lo fundaron «7 ministros de una dictadura con la financiación de unos cuantos banqueros», sino que su partido lo formaron en un bar de Madrid 25 trabajadores, 16 tipógrafos, 4 médicos, un profesor, dos artesanos, un marmolista y un zapatero.
«Esa es la gente a quienes representamos, a quien defendemos y de quien dependemos para ganar al PP», ha apostillado. Y frente a los pronósticos adversos que le auguran para el 23 de julio, ha pedido imaginar a los presentes si esos trabajadores que fundaron el PSOE hablaban de pronósticos adversos, para concluir que no y que sólo pensaban en ganar las elecciones».
Dicho estos, ha arengado a sus compañeros asegurando que en eso mismo piensan ellos en ganar el 23 de julio para gobernar y construir una mejor España.
«TOMÉ LA DECISIÓN CON MI CONCIENCIA»
Pedro Sánchez también ha explicado a sus compañeros que la decisión de adelantar las generales la tomó con su conciencia. Lo hizo, ha añadidio, pensando en sus compañeros y compañeras: «Ningún líder que merezca serlo puede mirar para otro lado cuando los suyos sufren castigo tan inmerecido e injusto», ha apostillado.
En esta intervención ha señalado que la primera consecuencia de estos resultados es que «magníficos presidentes autonómicos y alcaldes se van a ver desplazados a pesar de que muchos de ellos han visto incrementado su apoyo electoral».
Dicho esto, ha admitido que le gusta ganar y le duele perder: «Faltaría mas». Pero asegura que no le costó entender que debía dar un paso al frente y asumir los resultados del domingo sin esconderse.
EQUIPARA AL PP Y VOX: «DERECHA EXTREMA Y EXTREMA DERECHA»
La segunda del 28M será, según ha dicho, que en todas las instituciones donde gobernaba el PSOE ahora lo harán PP y VOX. Y lo harán, ha dicho, con un programa del que solo se conoce que quieren «derogar el sanchismo».
Ha retado a que lo expliquen y les ha preguntado si supondrá derogar cuestiones como la subida del SMI, el ingreso mínimo vital, la Ley de Vivienda o la subida de las pensiones, entre otros muchos asuntos aprobados por su Gobierno. Aunque ha vaticinado que lo que busca la derecha es «destruir».
Sánchez ha planteado que la alternativa a su Gobierno son PP y Vox, «el tándem formado por la derecha extrema y la extrema derecha», dos fuerzas políticas que a su juicio ya son «del todo semejantes» tanto en la forma como en el fondo, según ha advertido.
Así ha indicado que no hay distinción alguna entre ambas ni en la forma de afrontar los debates, ni en el modo de realizar una campaña electoral ni tampoco en sus programas electorales, pues ambos incluyen una «agenda de contrarreformas», según ha reprochado.
En esta línea ha acusado a dirigentes del PP y Vox de sostener posiciones con las que la mayoría de la ciudadanía española no está de acuerdo, al contrario que el PSOE que es el partido que más se parece a España. «Ortega Smith despreciando a una mujer en silla de ruedas que había sido víctima de violencia de género ¿se parece a España?», ha lanzado en referencia al diputado y portavoz de Vox en el ayuntamiento de Madrid.
«Ayuso negando el cambio climático y diciendo que todo se arregla con plantas en los balcones, ¿se parece a España?», ha seguido antes de cargar en la misma línea contra el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el de Vox, Santiago Abascal y el vicepresidente de Castilla León, Juan García Gallardo.
Así, ha acusado a Feijóo de premiar «con una maleta» a los mejores estudiantes de Galicia para que busquen su futuro fuera de la región, a Abascal de exigir que se elimine el derecho a abortar de las mujeres y a Gallardo de decir que el CO2 no atenta contra la salud.
Por otro lado, ha admitido ser consciente de que la convocatoria electoral en pleno verano coge a la ciudadanía «cansada» y que la gente quiere desconectar e irse de vacaciones, «las primeras completamente normales tras haber superado la pandemia», según ha subrayado. Asimismo ha defendido su gestión al señalar que su gobierno ha cometido «más aciertos que tropiezos».