Informe confirma abusos sexuales y torturas de maestros a niños sordos

Una reciente investigación ha desvelado que varios niños sordos fueron víctimas de abusos sexuales en un colegio. Además de estas violaciones, los niños fueron obligados a vestirse con camisas de fuerza y les hicieron comer sin parar hasta caer enfermos.

La investigación, que ha concluido recientemente, fue iniciada en primer lugar por las acusaciones de antiguos alumnos, que aseguraban haber sufrido «conducta física inapropiada» por parte de profesores y personal de la escuela. Ejemplo de ello son las declaraciones de una ex alumna, quien reportó de forma creíble y coherente haber sido violada por el ya fallecido Edmund Boatner.

Ahora, desde la escuela de Connecticut (Estados Unidos) asegura que ha podido corroborar estas acusaciones, por lo que varios antiguos docentes del centro sí que habrían mostrado una conducta sexual inapropiada frente a los alumnos. Entre estos docentes figura un director ejecutivo, como recoge The Sun.

Por si estas terribles experiencias de abuso sexual no fueran suficientes, casi 40 ex alumnos afirman haber recibido castigos corporales persistentes y desproporcionados, que habrían ocurrido desde la década de 1960 hasta 1980.

Algunos de los castigos que relatan los antiguos alumnos son: ser obligados a arrodillarse sobre escobas, golpes, ser sujetados con cinturones y camisas de fuerza, e incluso obligados a comer hasta vomitar y confinados en armarios como castigo.

LA ESCUELA «NO IMPIDIÓ» EL ABUSO SEXUAL

Al respecto, el director ejecutivo Jeffrey Bravin ha expresado en una carta a la escuela: «Como comunidad escolar, ofrecemos una sincera disculpa a los sobrevivientes de las acciones inexcusables identificadas en este informe y por el hecho de que la Escuela no los impidió ni detuvo».

Por otro lado, sobre la violación perpetuada por el fallecido Dr. Edmund Boatner, el informe reza: «Si bien el Dr. Boatner no puede responder a las acusaciones, y reconocemos sus contribuciones sin precedentes a ASD y la comunidad sorda, descubrimos que nuestro alumno es altamente creíble y corroborado por la constancia de los testigos de la acusación».