Tamara Falcó Preysler, todoterreno con carisma y corazón

Tamara Falcó Preysler es de nuevo noticia gracias a ser la ganadora del concurso de MasterChef Celebrity. La joven de 38 años siempre ha sido querida por la prensa y jamás ha tenido un mal gesto ni una palabra malsonante para ninguno de los que la han entrevistado. Se considera a ella misma una niña pija que todavía no ha terminado de madurar del todo. Lo que sí está claro es que, tras su paso por el programa, los que no la conocían han terminado de enamorarse de esta mujer.

Ha demostrado durante toda su vida que era una persona alegre y siempre ha visto el lado positivo, incluso en los momentos en los que podría haber salido perjudicada por protagonizar alguna frase ridícula, que de inmediato se hace viral. Conoce desde que nació el objetivo de las cámaras y lo que es ser el centro mediático al haber pasado por numerosos platós y entrevistas.

No obstante, tras su triunfo es cuando se ha conocido realmente a la mujer trabajadora, de buen corazón, sencilla, elocuente y natural que se esconde tras la figura de niña de papá que el mundo mantiene de ella.

Es, ni más ni menos, que la única hija de la relación que tuvo la famosa Isabel Preysler con el V Marqués de Griñón.

LOS PADRES DE TAMARA FALCÓ

Los padres de Tamara Falcó son Carlos Falcó y Fernández e Isabel Preysler. El noviazgo duró poco, pero fue de los más intensos del V Marqués de Griñón, quien le pidió matrimonio a la famosa Reina de Corazones cuando aún estaba casada con Julio Iglesias. Al año de casarse, fue cuando Tamara Falcó llegó a sus vidas. Sin embargo, el campo y la monotonía de la vida que Carlos llevaba hicieron que la más urbana Isabel concluyese con la relación y estos se separaron.

Que la vida de sus progenitores era totalmente opuesta sirvió para que Tamara Falcó consagrase ese carácter tan personal que posee. Cuando estaba con su padre en el campo vivía en unas enormes estancias típicas de las casas rurales, de piedra y deterioro frente a la casa a la última moda de su madre.

HERMANOS

Pese a que Tamara Falcó fue la única hija que el matrimonio tuvo en común, no ha estado sola. Ha tenido una infancia rodeada de hermanos. Concretamente, cuatro por parte de padre y otros cuatro por parte de su madre. La joven los adora a todos y su relación es inmejorable, siempre teniendo en cuenta que el roce hace el cariño y que ha vivido con sus hermanos maternos desde siempre.

Isabel Preysler tuvo, cuando estuvo con Julio Iglesias, a Cháveli, Julio José y Enrique Iglesias Preysler, por quienes la joven tiene devoción. A continuación, llegó a su vida, Ana Boyer, fruto de la relación que su madre tuvo con Boyer, la misma que le quitó el puesto de ser la pequeña. Tamara Falcó Preysler tiene idolatría con la hija de su hermana Ana.

La relación con sus hermanos paternos no es tan estrecha, pero sí están unidos. El Marqués tiene dos hijos de su relación con Juana Girod, Xandra y Manolo, y otros dos que concibió con Fátima de la Cierva, Duarte y Aldara. Con Duarte tiene más afinidad porque es igual de activista y religioso que ella, con lo que los temas de conversación nunca escasean entre los dos hermanos.

EL TRABAJO DE TAMARA FALCÓ

Tamara Falcó Preysler estudió en Estados Unidos y continuó con la moda, que es su gran pasión. Se podría pensar que al llevar esos apellidos comenzaría desde algunos escalones más que la gente de a pie. Sin embargo, Tamara empezó como becaria en la compañía Inditex e incluso estuvo de dependienta en la tienda ZARA. Las marcas fuertes y de renombre de textiles han contado con ella hasta que se decidió en 2018 a sacar su firma de moda llamada TFP by Tamara Falcó.

Ella misma se define como influencer mediática y empresaria de moda. Además, también colabora desde siempre en los negocios de su padre teniendo a su hermana mayor, Xandra, como ejemplo y guía. Esta estudió en las mejores universidades de Oxford y Paris temas de marketing, administración y dirección de empresas.

En torno a su vida mediática televisiva, además de en MasterChef Celebrity, pudimos ver a Tamara Falcó Preysler en un reality que era We love Tamara.

ROMANCES

Tamara Falcó Preysler ha tenido varias parejas, pero no ha cuajado nunca con ninguna de ellas lo suficiente. Ella misma confiesa que su madre, Isabel Preysler, la ha amenazado con desheredarla si no se casa y tiene hijos de una vez. De hecho, son muchos los que hacen de casamenteros de la chica y pocas son las entrevistas en las que este tema no sale a relucir.

Sin embargo, ella siempre contesta que el amor llega sin buscarlo. La contrapuesta es la madre, que afirma que es demasiado exigente y complicada en lo que hombres se refiere.

Su primer novio conocido fue Alberto Comenge Barreiros. El joven provenía de la acaudalada familia de los Barreiros y es primo del “Litri”. Su segunda pareja fue Bartolomé Fierro March, el muchacho viene de una familia de banqueros.

A la tercera suele ser la vencida y casi, con Marco Noyer es con quien más tiempo ha compartido su vida. Tras esos tres años de relación llegó el cuarto en discordia. Se trató de un guapo italiano con quien comenzó compartiendo piso y terminó enamorada casi dos años, Tomaso Musini.

RELIGIÓN

La joven confiesa que hace algunos años, buscando alguna novela para poder pasar el rato en una librería, el único libro que realmente le llamó la atención fue el de la Biblia. El resto de las influencers y figuras mediáticas suelen usar sus redes sociales para promocionar marcas y venderse.

Sin embargo, ese no es el caso de Tamara Falcó Preysler. La frase “Dios mola” tan solo podía salir de su boca con esa naturalidad y ese convencimiento. La chica usa su Instagram para predicar e intentar que más gente abrace la palabra de Dios. En una ocasión, era tanta la fe que Tamara sentía que se comenzó a plantear en meterse a monja, pero esa idea le duró poco en la mente.

Son muchas las veces que Tamara ha dicho que reza por Pablo Iglesias para que su alma no vaya al infierno. El líder de Podemos quería eliminar la retransmisión en directo de la misa los domingos y a Tamara casi le da un infarto. De nuevo, volvió a usar sus redes para denunciar tal agravio y hacer constar que estaba firmando una petición totalmente en contra de esa eliminación.

En otra ocasión, la exalcaldesa Manuela Carmena tuvo que anular su intención de quitar los belenes de la capital española debido a todo lo que Tamara la atacó.

CORAZÓN

Aunque Tamara Falcó Preysler se considere una niña pija y su forma de hablar pueda resultar divertida, lo cierto es que la muchacha tiene un corazón enorme y lo demuestra con sus actos casi a diario.

En su último cumpleaños no hizo fiesta de largo como hacen otras famosas. Ella prefirió pasar su día con los que la rodean a diario y hacen su vida más sencilla. Hizo un evento privado que tenía como invitados al servicio doméstico y a su abuela materna a su lado.

Ha confesado que no sabe poner una lavadora y que el libro que salió en 2016 de cocina “Los cupcakes de Tamara” no eran recetas de su autoría y que tan solo la avisaron para las fotos.

En una ocasión, fue a Mozambique a estar en una aldea de niños en África para ayudarlos como voluntaria. Y en esta ocasión, ganar el premio de MasterChef significa para ella poder ayudar con los 75.000 euros a Mensajeros de la Paz.

DESPISTES DE TAMARA FALCÓ PREYSLER

De las pocas cosas con las que Tamara Falcó Preysler arruga la nariz al nombrarlas es con sus habilidades automovilísticas. La joven se sacó el carnet de conducir en la Autoescuela San Cristóbal de Cuenca, al igual que muchos otros famosos. Sin embargo, ya han sido dos ocasiones las que el volante le ha jugado una mala pasada.

La anécdota de la vez que se “comió” el puesto de un Starbucks justo en el centro de Madrid es bastante recordada cada vez que una marca de coches le pide que sea su cara visible, como fue en el caso de un auto de Land Rover.

La segunda vez fue otra en la que unas peligrosas jardineras se pusieron frente a su coche y terminaron siendo atropelladas por la joven.

No solo se le da un poco regular el tema de la conducción. Tamara ha demostrado que las redes no son lo suyo. Cuando se sacó su cuenta de Twitter la joven escribió su número de teléfono creyendo que rellenaba el formulario de inscripción. A los pocos segundos volvió a escribir desmintiendo esa información con la gracia que la caracteriza: «No es mi teléfono. No tengo ni idea de cómo ha sucedido… no lo he twitteado yo».