El Lehendakari, Iñigo Urkullu, afirma que, sin el acuerdo alcanzado con el Gobierno de Pedro Sánchez sobre el déficit público y el endeudamiento, que hizo posible su participación en la Conferencia de Presidentes el pasado viernes, Euskadi se encontraría en «una complejísima situación económica». Además, destaca que los responsables de financiar ese déficit serán las instituciones vascas.
Tras asegurar que su presencia en el encuentro celebrado en San Millán de la Cogolla (La Rioja) no fue «un pulso político ni escenificación, sino hacer cumplir la palabra dada», ha recordado que su responsabilidad como Lehendakari le obliga a ser el «garante» de que las instituciones vascas «cuenten con la suficiencia financiera que permita hacer frente a una pandemia» como la del coronavirus, «que está teniendo consecuencias demoledoras» en su economía y en empleo.
En un artículo publicado El País, titulado ‘El concierto, cuestión de responsabilidad’, Urkullu destaca que la arquitectura institucional de Euskadi «obedece a una singularidad histórica» que le otorga «un sistema diferenciado de financiación, único en el mundo: el Concierto Económico Vasco», al igual que ocurre en el caso del Convenio Económico en Navarra.
El Lehendakari recuerda que se trata de «un sistema con más de 140 años de historia, basado en cuatro cuestiones clave», como son «la bilateralidad con el Estado, responsabilidad, riesgo unilateral y solidaridad», y que es «consecuencia de los Derechos Históricos de los Territorios Históricos del Pueblo Vasco en la Constitución Española, en el Estatuto de Autonomía de Gernika y reconocido por Europa.
El presidente del Gobierno Vasco remarca que este régimen propio implica que, con los impuestos que las Diputaciones Forales recaudan, se debe dar cobertura a todas las políticas públicas de la Comunidad Autónoma Vasca, tras abonar el Cupo correspondiente al Estado, pero precisa que Euskadi «no se financia por vía del Gobierno español.
«Es decir, si dejamos de recaudar, no contaremos con los suficientes recursos para desarrollar las competencias que las instituciones vascas nos hemos comprometido a llevar a cabo, estando todavía pendientes de transferencias que cumplimenten el Estatuto de Autonomía refrendado en 1979. Y nuestros compromisos con la ciudadanía vasca son cuestión de responsabilidad. En Euskadi, nadie se queda atrás», asevera.
Iñigo Urkullu apunta que el pasado 11 de marzo, el mismo día en que la OMS declaró la pandemia por la covid-19, se celebró la Comisión Mixta del Concierto Económico, en la que se acordó la senda de estabilidad presupuestaria para Euskadi y, a petición propia, se estableció un límite de déficit del 0%.
«El Gobierno Vasco llevaba desde 2017 con superávit en sus cuentas y, a lo largo de toda la legislatura anterior, hemos desarrollado una política económica firme de reducción del endeudamiento y alcanzado el equilibrio presupuestario. Somos la comunidad autónoma menos endeudada de todo el Estado», subraya.
No obstante, indica que «hubo una salvaguarda a esta cuestión: que alguna causa ajena a nosotros alterara de forma sustancial las previsiones macroeconómicas, lo cual llevaría a la necesaria reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico en el primer semestre del presente año».
«Desgraciadamente, ha sucedido lo imprevisible. La covid-19 está siendo el peor golpe a la economía vasca conocido hasta ahora, una pandemia que afecta a todo el mundo, cuya repercusión ha de ser enfrentada con respuestas excepcionales», añade.
FONDO EXTRAORDINARIO
También pone de manifiesto que el pasado 2 de mayo el Gobierno de España anunció el Fondo Extraordinario de 16.000 millones de euros para apoyar a las Comunidades Autónomas en distintos ámbitos, que serían repartidos con unos criterios definidos de forma unilateral por parte del Ministerio de Hacienda.
En este sentido, lamenta que, «unilateralmente», se excluyera a Euskadi del tramo cuarto de 5.000 millones de euros, alegando su «singular sistema de financiación».
«Esta forma de actuar es contraria a la Ley de Cupo, que establece en su artículo 11.4 que los criterios de reparto deben ser negociados y acordados en Comisión Mixta del Concierto Económico en la que las decisiones se adoptan por unanimidad de las partes que representan a la Administración General del Estado y a las Instituciones Vascas, y supone un ataque al principio de bilateralidad que rige las relaciones tributarias y financieras entre Euskadi y el Estado», aclara.
En esta línea, señala que, en base a lo dispuesto en el propio Concierto Económico, «únicamente y de manera bilateral, la Comunidad Autónoma Vasca y el Estado pueden alcanzar acuerdos en materia tributaria y financiera en el seno de Comisión Mixta del Concierto Económico».
«Aun así, decidimos renunciar a la distribución de las cuantías del tramo cuarto, a cambio de fijar definitivamente un objetivo de déficit que permitiera cubrir nuestra caída de recaudación», recuerda.
Urkullu recuerda que el 20 de mayo el presidente de PNV, Andoni Ortuzar, firmó un acuerdo con la Vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, en el que se establecía que Sánchez se comprometía a garantizar que el País Vasco «tendría, en el ejercicio 2020 un porcentaje de déficit sobre PIB equivalente al descenso de recaudación previsto por las Diputaciones Forales de los Territorios Históricos, así como a permitir la utilización del superávit presupuestario de 2019». Estos términos deberían acordarse en la Comisión Mixta del Concierto Económico, que se celebraría en la primera semana de julio.
CONTACTOS «INTENSOS Y CONSTANTES»
«Durante cerca de tres meses, las conversaciones, intercambio de llamadas y misivas entre el Ministerio de Hacienda y el Departamento de Hacienda y Economía del Gobierno Vasco, así como las mías propias y las del presidente de EAJ-PNV con el presidente del Gobierno de España, han sido intensas, constantes y, hasta el 31 de julio, infructuosas», añade.
De esta forma, especifica que su presencia en la Conferencia de Presidentes de San Millán de la Cogolla del pasado 31 de julio no fue «un pulso político ni de una escenificación, sino de hacer cumplir la palabra dada».
«Mi responsabilidad como lehendakari me obliga a ser el garante de que nuestras instituciones cuenten con la suficiencia financiera que permita hacer frente a una pandemia que está teniendo consecuencias demoledoras en nuestra economía y en el empleo. En Euskadi, al igual que el Estado y a diferencia de las comunidades de régimen común, la bajada de recaudación únicamente se puede cubrir con endeudamiento público», apunta.
Según asegura, sin el acuerdo sobre el déficit público, los vascos habrían estado «en una complejísima situación económica». «Tenemos que dejar muy claro que los responsables de financiar ese déficit seremos las instituciones vascas, la sociedad vasca», concluye.