Callos a la madrileña: qué llevan de verdad y cómo se preparan

Los callos a la madrileña son, sin duda el plato tradicional más reconocido de la comunidad de Madrid, seguido, probablemente del bocata de calamares. Pero su popularidad se ha expandido a lo largo de toda la península hasta convertirse en una receta habitual en muchas otras regiones, cada cual con su propio toque. Además, ya podemos encontrarlos en conserva y preparados de fábrica en cualquier supermercado y en muchos en la muchas secciones de comida para llevar. 

Pero, ¿qué son los callos exactamente? Con este nombre se denomina a un ingrediente que consiste una mezcla de distintos productos de casquería, principalmente pedazos hervidos del estómago de la ternera. El guiso suele acompañarse con otros productos cárnicos como tocino, pies o morro de cerdo, jamón, chorizo, y en algunos casos se le añaden garbanzos. Los callos tradicionales tienen un punto picante muy característico que se consigue con pimentón o cayenas.

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CON QUÉ SE ACOMPAÑAN

El acompañamiento tradicional de este plato es sencillamente un par de rebanadas de pan. Si queremos bordarlo podemos preparar nuestro pan en casa, que es mucho más fácil de lo que parece, o bien comprar una buena hogaza de pan de leña con bien de miga para mojar en la salsa. Este plato es muy contundente y está pensado para resistir los fríos inviernos castellanos, al menos en los tiempos de nuestras abuelas. Hoy día, se consume en cualquier momento, aunque debe hacerse con moderación, sin olvidar su elevado contenido en grasas saturadas, colesterol y calorías. 

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