Propóleo: el ingrediente natural clave con el que resolver tu acné

El acné es una enfermedad de la piel que afecta a un gran porcentaje de personas y en la mayoría de los casos está vinculado a cambios hormonales. Según estudios realizados, hasta un 40% de las mujeres tienen acné, en mayor o menor medida, especialmente en la etapa premenstrual. El mayor problema de estos molestos granitos es que, además de ser incómodos, pueden dejar marcas o cicatrices, por lo tanto todos los esfuerzos deben enfocarse en prevenir su aparición, o al menos minimizar los brotes.

La alimentación es otro de los factores que pueden desencadenar la aparición de acné en la piel, ya que una dieta poco equilibrada, y con escasa presencia de productos frescos como frutas y verduras, puede contribuir a la obstrucción´n de los poros por un exceso de sebo. Lo alimentos procesados, las carnes rojas y las grasas, pueden ser desencadenante, mientras que las dietas con un índice glucémico bajo pueden ayudar a mantener este problema cutáneo bajo control. Otros factores como el estrés, los antecedentes familiares y el roce con las dichosas mascarillas, también pueden provocar la aparición de granos y espinillas.

Aunque existen en el mercado tratamientos, más o menos agresivos para tratar el acné, tenemos la opción de escoger productos naturales como el propóleo. El propóleo es una sustancia que se extrae de las colmenas, y que lo fabrican las abejas a partir de una mezcla de resinas de flores y plantas. El resultado es un producto con excelentes propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antioxidantes y protectoras.

Estas propiedades antibacterianas se deben a los ácidos fenólicos y los flavonoides que contiene el propóleo, y que actúan sobre la piel inhibiendo la proliferación de bacterias. Pero además, esta maravillosa sustancia elaborada por las abejas, protege la piel de los radicales libres, que son los responsables de la pérdida de colágeno y elastina, y que provocan el envejecimiento de la piel. Otra de sus cualidades, es que inhibe la ‘peroxidación lipídica’, una reacción que se produce en pieles grasas, que tienden a generar más sebo cuando los niveles de antioxidantes disminuyen. La acción antioxidante del propóleo protege el escualeno, una sustancia natural en el sebo de la piel, de la oxidación al contacto con el aire o la contaminación. De esta forma el sebo es de mejor calidad, más fluido, y no llega a obstruir los poros provocando comedones y acné. Y aún más: también tiene propiedades antiinflamatorias que calman la piel y reduce la hipersensibilidad.

En el mercado existen gamas de productos cosméticos cuya fórmula incluye propóleo, aunque también se puede utilizar en tintura, siguiendo las indicaciones del fabricante. Con unos hábitos de cuidados diarios y una buena alimentación, se puede mantener el acné bajo control.