lunes, 13 mayo 2024

Pasos a seguir para burlar a la DGT y no pagar una multa de tráfico

Aunque todos los conductores debemos tener claro el reglamento general de circulación, a efectos prácticos, en el día a día, se dan circunstancias que hacen que nos relajemos y nos saltemos algunas normas, aún a riesgo de ser sancionados con la retirada de puntos y una multa, que puede ser más o menos cuantiosa. Si nos ha llegado una notificación para pagar una multa de tráfico, lo aconsejable es recurrirla, sea por la vía administrativa (en los recursos, propiamente dichos), por la vía ejecutiva (en la reclamación del importe, cuando la sanción ya es firme), o en los tribunales. Por cualquiera de estas vías podemos evitar el pago, sea por caducidad, prescripción u otros errores de procedimiento. Algunas personas optan por ignorar la sanción y dejarla pasar, lo cual que no es una buena idea ya por una parte, el importe seguirá creciendo progresivamente, y por la otra, perderemos el derecho a defenderos o a conseguir una reducción del pago. Así pues, tenemos dos opciones: aceptar la multa y pagarla con rebaja, o recurrirla. Y recurriéndola tenemos opciones a librarnos de ella.

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EL AGENTE NO SE RATIFICA

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Al recibir una multa, podemos recurrirla para solicitar pruebas incriminatorias. En ciertas sanciones, solamente existe la palabra del agente para inculparnos, que tras el recurso, tendrá que corroborar su versión de los hechos en un informe nuevo. Con bastante frecuencia, por extravío del expediente, el agente no ratifica su palabra, y entonces podemos recurrir otra vez por falta de pruebas. También puede pasar que no presente esta ratificación a tiempo y que la multa termine caducando.