Un estudio relaciona los problemas de conducta infantil con exposición al tabaco antes de nacer

Un estudio liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) relaciona los problemas de conducta en la infancia con la exposición al humo del tabaco y a la densidad del tráfico antes de nacer.

Se trata del primer estudio que investiga el impacto del exposoma –el conjunto de exposiciones ambientales– durante la etapa prenatal y postnatal en el comportamiento infantil, ya que hasta ahora se habían estudiado de forma separada y no múltiple, ha informado el ISGlonal, centro impulsado por la Fundación La Caixa.

La infancia es una etapa crítica para la salud mental y el bienestar de las personas, ya que es cuando se acelera el desarrollo del cerebro, ha recordado ISGlobal.

El estudio se enmarca en el gran proyecto europeo Human Early-Life Exposome, de que se utilizaron datos, basándose la investigación en seis cohortes de nacimientos longitudinales de seis países europeos.

La investigación siguió a 1.287 niños de entre 6 y 11 años para caracterizar las exposiciones y evaluar los posibles problemas de conducta que presentasen: se midieron 88 factores ambientales prenatales y 123 factores ambientales de niños en edad escolar, que incluían las exposiciones al aire libre, de interior, químicas, de estilo de vida y sociales.

Durante el embarazo, el tabaquismo y el tráfico fueron factores que mostraron asociaciones más fuertes con los problemas de conducta: «Encontramos que la exposición materna al humo de tabaco durante el embarazo fue la exposición prenatal más importante relacionada con los problemas emocionales y de comportamiento en los niños», ha asegurado la primera autora del estudio, Léa Maitre.

Los investigadores han recordado que esta exposición materna al tabaquismo «está estrechamente relacionada con otras coexposiciones, como los síntomas de psicopatología de los padres, los factores socioeconómicos, los hábitos de fumar del padre y el entorno del hogar, lo que puede explicar una gran parte del efecto del tabaquismo materno durante el embarazo en el comportamiento del niño».

El estudio también encontró que el aumento de la densidad del tráfico de vehículos residenciales en la carretera más cercana durante el embarazo se asoció con puntuaciones más altas de problemas de externalización –síndrome conductuales agresivos y de infracción de normas– y TDAH.

Los investigadores han remarcado que la explicación biológica es plausible, pero que los mecanismos exactos por lo que pasa todavía no se conocen bien.

La exposición postnatal al tabaco y la densidad del tráfico de automóviles no se asoció tan fuertemente con el comportamiento de los niños durante el embarazo, lo que puede indicar que el periodo del embarazo es más sensible a los efectos nocivos de estas exposiciones.

Según los investigadores, esto pasaría en parte por el desarrollo rápido del sistema nervioso en esta etapa, pero también porque la exposición tiene lugar en el útero, entre otras hipótesis.

SUEÑO Y DIETA

El estudio también halló que los niños de entre 6 y 12 años que disfrutaban de un sueño más prolongado, que seguían una dieta saludable y que tenían padres con fuertes lazos familiares presentaban menos problemas de internalización, es decir de retracción, somatización y ansiedad o depresión.

Sin embargo, una mayor exposición al plomo y al cobre, la contaminación del aire interior y una dieta poco saludable se asociaron con más problemas conductuales.

Una dieta basada en alimentos preparados, dulces y bebidas con cafeóina se asoción con más riesgo de síntoma de TDAH, y el estudio determinó que una de las asociaciones más fuertes con este trastorno se asoció con los lazos sociales y familiares de los padres: aquellos padres que tenían contacto con familiares o amigos menos de una vez semanal presentaban un 31% más de probabilidad de tener hijos con sítimas de TDAH que la media.

«Nuestros resultados confirman el papel nocivo que ejercen el tabaquismo materno y la exposición al tráfico durante el embarazo en los trastornos de comportamiento de la infancia, pero también destacan el papel protector potencial de un estilo de vida familiar saludable durante la infancia», ha afirmado la autora Martine Vrijheid.