El porcentaje de población española en riesgo de pobreza o exclusión social (AROPE) subió 1,1 puntos en 2020, año marcado por la pandemia de coronavirus, y se situó en el 26,4%, el dato más elevado desde 2017, según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), con información de ingresos de 2019.
Según la evolución de los últimos años, en 2017, el porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión social fue del 26,6%; en 2018, bajó al 26,1%; en 2019 fue de un 25,3% y en 2020 ha aumentado al 26,4%.
La tasa AROPE 2020 se construye con tres variables: población en riesgo de pobreza; con baja intensidad en el empleo y con carencia material. El efecto de la pandemia solo se puede observar en este último indicador, el de la carencia material, ya que los dos primeros –pobreza y empleo– se refieren a datos de 2019.
Analizando cada una de estas tres variables, de los datos se desprende que la población en riesgo de pobreza aumentó de un 20,7% en 2019 a un 21% en 2020, y la población con carencia material severa también se incrementó, pasando de un 4,7% en 2019 a un 7% en 2020. Por su parte, la población con baja intensidad en el empleo descendió de un 10,8% en 2019 a un 9,9% en 2020.
Por grupo de edad, la tasa AROPE de pobreza o exclusión social subió en todos los indicadores. Entre los mayores de 65 años aumentó 4,8 puntos; entre los menores de 16 años subió 1,1 puntos y en el grupo de 16 a 64 años repuntó una décima. Además, un 1,4% de la población estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material severa y con baja intensidad en el empleo.
De acuerdo con el nivel de formación, la tasa de pobreza y exclusión social se incrementa hasta un 36% entre las personas con bajo nivel educativo (educación primaria o inferior), y disminuye hasta el 13,7% en el caso de aquellas que tienen educación superior.
De los datos también se desprende que tener hijos incrementa el riesgo de pobreza o exclusión social, ya que el 49,1% de las personas que vivían en hogares formados por un adulto con hijos dependientes a cargo se encontraba en esta situación.
Asimismo, la encuesta muestra que tener trabajo disminuye pero no elimina totalmente la posibilidad de encontrarse en situación de vulnerabilidad pues el 15% de los ocupados se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión, un porcentaje similar al de los jubilados (16,7%), que sin embargo se dispara entre los parados hasta el 54,7%.
Según la nacionalidad, el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza o exclusión social aumenta en el caso de los extranjeros de la Unión Europea hasta un 43,4%; se eleva hasta el 58% para los procedentes de un país fuera de la UE, y disminuye a un 22,6% para los españoles.
La encuesta también revela que el ingreso medio por persona, referido a 2019, alcanzó los 12.292 euros, cifra un 5,2% superior a la registrada el año precedente. En este datos, el efecto de la pandemia es nulo, ya que se refiere a una situación previa a la misma, según precisa el INE.
Además, siguiendo los criterios de Eurostat, al crecer los ingresos por persona también aumenta el umbral de riesgo de pobreza (que se fija en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas). En concreto, en 2020, el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se situó en 9.626 euros, un 6,8% más que el año anterior; y en 20.215 euros para los hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años.
AUMENTA LA CARENCIA MATERIAL CON LA PANDEMIA
Atendiendo a la carencia material, que es el único de los tres indicadores en el que se pueden ver los efectos de la pandemia, a finales del año 2020 había un 7% de la población española en esta situación, 2,3 puntos más que el año anterior, alcanzándose el dato más elevado desde el año 2014.
Se considera que una persona sufre carencia material severa si se cumplen al menos cuatro de estos nueve elementos: No puede ir de vacaciones al menos una semana al año; no puede comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días; no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (de 750 euros); ha tenido retrasos en el pago de hipoteca o recibos en los últimos 12 meses; no puede permitirse un coche, un teléfono, un televisor o una lavadora.
1 DE CADA 10 ESPAÑOLES LLEGA CON DIFICULTAD A FIN DE MES
En la encuesta, también se preguntan otras cuestiones que describen la situación económica durante la pandemia. Así, el 10% de la población (uno de cada 10) manifestó llegar a fin de mes con «mucha dificultad», 2,2 puntos superior al registrado el año anterior.
Por su parte, el 35,4% no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 33,9% del año 2019; y una de cada tres personas, el 34,4% de la población, no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana del año, un punto más que en 2019.
Por comunidades autónomas, las tasas AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social más elevadas se dieron en Extremadura (38,7%), Canarias (36,3%) y Andalucía (35,1%); y las más bajas, en Navarra (12%) y País Vasco (13,9%).
Atendiendo a los indicadores que se refieren a la situación en 2020 y en los que, por tanto, se pueden ver los efectos de la pandemia, Canarias, Andalucía y Extremadura fueron las CCAA con mayores porcentajes de personas que llegaban a fin de mes con «mucha dificultad» en 2020.
Además, el 63,1% de la población de Canarias, el 46,8% de la de Extremadura y el 43,9% de la de Andalucía no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos; y en el caso de hogares con retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos, Canarias, Andalucía y Región de Murcia presentaron los porcentajes más altos.