La única solución para la catástrofe del Mar Menor: dos millones para esconder los peces muertos

La catástrofe ecológica en el Mar Menor continúa. La laguna murciana sigue recibiendo toneladas de nitratos de origen fundamentalmente agrícola que están provocando la muerte de las especies del Mar Menor por asfixia. En vez de atajar el problema de los vertidos perjudiciales, la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Región de Murcia continúa empeñándose en retirar la biomasa vegetal y limpiar las áreas marítimas del Mar Menor con partidas millonarias.

Limpiar las orillas del Mar Menor de peces muertos es una tarea que nos cuesta a los españoles millones de euros cada verano. Según un documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com, este año se ha llegado a alcanzar la cifra de 2.025.711,49 de euros para prestar estos servicios medioambientales que podrían evitarse si se atajara el problema de origen. Estos fondos millonarios sirven para retirar el material biológico en la zona de costa que coincide con las escalofriantes imágenes de toneladas de peces y crustáceos muertos que llevan apareciendo ya varios veranos. Sí, dos millones para ocultar de las playas murcianas las consecuencias de un atentado ecológico que no se soluciona de raíz.

Dos millones para ocultar de las playas murcianas las consecuencias de un atentado ecológico 

No obstante, la causa de este proceso destructivo del medio ambiente está identificada: la gran cantidad de nutrientes que llega a la laguna salada de 170 kilómetros cuadrados. La mayoría de estos procede de los abonos utilizados en la actividad agraria de la cuenca que vierte al Mar Menor. Es como si se fertilizara también la masa de agua de la laguna murciana con componentes que favorecen el crecimiento de microorganismos que consumen el oxígeno del agua y acaban matando a los peces. Además, esta sopa verde provoca que la luz no llegue al fondo marino, por lo que no hay fotosíntesis que regenere ese gas vital para la fauna del Mar Menor.

Además, en el Mar Menor no solo hay vertidos de nitratos perjudiciales que asfixian a la fauna marina sino que también existen vertidos de aguas residuales urbanas puntuales cuando llueve con intensidad. De este modo, a los vertidos de la agricultura intensiva, que no son controlados por las instituciones, hay que sumarle las aguas residuales que generan los municipios por los que se extiende el mar menor.

¿Y LA SOLUCIÓN?

El problema del Mar Menor tiene un culpable y unas causas pero aún así las instituciones no se han propuesto solucionar el problema de raíz. Ni el Ejecutivo nacional, ni el Gobierno murciano han puesto remedio a los vertidos agrarios del Campo de Cartagena que contaminan la laguna salada en peligro. Bailan las competencias entre ambas administraciones mientras que la albufera de agua salada se muere.

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Aunque la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, haya visitado la zona y haya propuesto la creación de un cinturón verde no ha atajado el problema de los vertidos como le piden las asociaciones ciudadanas, los ecologistas y la comunidad científica. Los ecologistas demandan soluciones en origen para evitar la muerte agónica de este importante ecosistema único en el mundo.

Pero las reivindicaciones de los ecologistas no son el único frente que tiene que atajar Ribera y es que la Fiscalía de Murcia ha abierto diligencias contra la ministra por la contaminación del Mar Menor. En ellas el Gobierno murciano, presidido por de Fernando López Miras, ha acusado a Ribera y a su departamento de abandonar al Mar Menor y los responsabiliza de no evitar la entrada de nutrientes procedentes de la rambla de El Albujón. Sin embargo, el presidente murciano también tiene competencias para atajar el problema ecológico del Mar Menor.